22 de diciembre de 2010

Las pelis del 2010

Bueno. Ya está. Me día a la tarea de vencer al alemán y recordar las películas que vi en el cine en el 2010, me quedé con ganas de ver muchísimas y ahora que veo las listas digo noooo, ¿por quéeeeee? pero bueno, ya ni llorar es bueno.

A partir de esas películas que vi y para hacer el recuento del año fílmico, les dejo mi Top 12 de películas del año y las razones por las que están (Intenté que fueran 10...pero no lo logré):

12. Abel. El primer largometraje de ficción de Diego Luna me devolvió la fe en el cine mexicano sin narcos, policias corruptos ni políticos. Sencillamente se trata de una historia fresca y bien contada, sin pretensiones. Una gran historia que nadie me había contado. Íntima. conmovedora.

11. Enredados. ¿Por qué más? La escena de bipolaridad de Rapunzel es de lo mejor que le he visto a Disney en los últimos años (Pixar se cuece aparte, ¿estamos?), me recordó esas películas que vi una y mil veces en mi infancia: Aladinn, Robin Hood, La Sirenita. Personajes memorables. Magia pura. Diversión garantizada. (Me encantan las películas de monitos)

10. Zombieland. ¿Cómo no amarla?Nunca volveré a ver un Tuinki de la misma manera. Me dio los mejores consejos del año. Y sin ánimo de spoilear, toda la secuencia de Bill Murray es para morirse. Literal.

9. Up in the air. Sí, ya se que dicen por ahí que Red Social define una época blablabla, yo creo que ésta, mejor que ninguna otra película, retrato el momento en que le economía global terminó por romperse. Posmodernidad pura y dura. Individualismo, deseo de libertad, necesidad de reconocimiento personal, éxito. Todos esos metarrelatos que se quedaron justamente arriba, en el aire.

8. Camino. Yo la vi en el cine apenas este año. La disfruté mucho. Se trata de una película acerca de la fe, el amor y la inocencia. De todas esas muertes que sufrimos a lo largo de nuestras vidas, literal o figuradamente. Del proceso terrible de crecer y la necesidad de creer en algo o en alguien. Me conmovió hasta las lágrimas.

7. Machete. ¿De verdad tengo que decir por qué entra? Pues es fácil: Machete don't text.

6. Violines en el cielo. Ponerla en el 6to lugar me sienta fatal. Pero es que las 5 de arriba...En fin, Violines en el cielo es la combinación perfecta de emociones: me hizo reir, me hizo llorar y me dejó pensando en el perdón, la muerte y el recuerdo. Si no la han visto, se pierden una obra de arte.

5. El secreto de tus ojos. Una película de detectives que habla de corrupción, obsesión y permanencia. Las actuaciones son magistrales, es entretenida y a la vez profunda. Es el segundo mejor final de película que vi en el año. Muestra de que en el cine latinoamericano se puede hacer arte sin pelearse con el entretenimiento.

4. Where the wild things are. Por el simple hecho de haber removido mis temores infantiles y recordarme que aunque a veces es fácil perderse entre fantasías, siempre hay una forma de volver al hogar.

3. Scott Pilgrim vs The World. Para mí es ésta y no Red Social la película que da la definición de nuestra generación, de esta si escribí reseña así que no ahondaré en el tema. Cultura pop en su máxima expresión. Dueña del mejor gag cinematográfico del 2010. Una delicia visual que me hizo reir sincera e inocentemente.Quizá la película más divertida del año.

2.Toy Story 3. Pues básicamente, ver TS3 me hizo darme cuenta de que pasaron los años, de que crecí y de que en algún momento dije adiós a mis juguetes (metafóricamente hablando). Verla fue como cerrar un capítulo en mi vida. Si no lloraron en la escena del deshuesadero no tienen corazón ni sentimientos.

1. Inception. WOW. Es lo único que puedo decir. No esperaba menos de Nolan. No esperaba menos de Ellen Page, Leonardo DiCaprio o Joseph Gordon Levitt. Estaba destinada a ser mi película favorita de 2010.Vamos, habla de sueños, ideas y de la duda eterna sobre la realidad de la percepción. Soberbia. Me pongo de pie.

¡Ah!, pero así como hubo cosas buenas, hubo algunas que...¿cómo decirlo? Deberían entrar en el muro de la vergüenza. Perdón si ofendo su gusto al decir que:

Avatar  fue la versión 3D, azul y moderna de Pocahontas. Basuuuura.No vuelvo a verla ni aunque me paguen o sustituyan la transmisión navideña de Titanic con ella. He dicho.

Biutiful es la película más aburrida de 2010. Lo tuiteé y lo repito: Iñarritu sigue sin entender la diferencia entre repetición y estilo. Ni la siempre magnífica actuación de Bardem salva las mil historias desconectadas y sin sentido. Nada lleva a ninguna parte.No es una historia, es una serie de cuadros costumbristas. Bostezo.

Depredadores. ¿De verdad pensaron que Adrien Brody podía ser un héroe de acción?¿de verdad?

Fama. Nada que ver con su versión original. Es como película de artistas hecha de canderel (ni a splenda llega)

Furia de titanes. ¿Por qué le hicieron eso a la medusa? Después de ver el remake en el cine corrí a comprarme la versión original. Ni los hilos y los malos efectos arruinan su encanto. Esta nueva es una película que pasa sin pena ni gloria. Ahorrénsela, la original está en MixUp en 45 pesos y les garantiza mejores momentos de diversión.

Comer, rezar y amar. Me ahorro mis comentarios. Quizá es sólo que no la entendí. O que le tengo prejuicios por basarse en un libro de superación personal. Pa' acabar pronto. Tanto dulzor me enferma.

Y ya. Con esto cumplo uno de mis propósitos de 2010.

Disclaimers:
Esta lista no debería tomarse en serio, ni soy crítica de cine, ni me la vivo en la cineteca, ni vivo de esto. Simplemente disfruto ver películas y me gusta compartir mi opinión al respecto.
Aún no he visto Tron...

16 de diciembre de 2010

Uff. Más de un mes sin escribir. Bueno, en estricto sentido no es cierto, he escrito cosas, pero son demasiado íntimas y comprometedoras como para escribirlas en donde cualquiera pueda verlas.

Vuelvo para escribir sobre uno de mis temas favoritos: el cine. Películas "que definen", más específicamente hablando.

Ayer fui a ver Red Social. Una película de la que algunos de mis más confiables críticos de cine han dado en llamar: la obra que retrató un momento específico de la cultura occidental


Para mí no es la mejor película del año, ni mucho menos (en algún momento, quizá, aunque no es muy probable haga mi Top 10 de películas del 2010) pero no puedo negar que es una película que define.

Hay fenómenos culturales que marcan generaciones, la nuestra ha crecido siempre en constante evolución ante un panorama que nunca es parecido al que había en el instante anterior. Justo este año en algún post reflexionaba sobre todo esto (sí, el mundo ya no es lo que era...) y ni vale la pena volver a decir lo que los afamados gurús del social media repiten día tras día tras día tras día ad libitum.


Pero Facebook...

Yo tengo una cuenta en Facebook desde el 2007, pero fue hasta 2008 cuando en realidad empecé a usarlo. De repente se volvió en parte de mi vida cotidiana, como tomar el café de la mañana o cepillarme los dientes antes de acostarme. Muchas discusiones he sostenido con Sergio (fiel activista anti redes sociales) acerca de lo que ES Facebook en nuestras vidas. Para mí es muy sencillo, Facebook sustituye esos momentos de no hacer nada que dieron sentido a nuestras vidas estudiantiles: las horas muertas en las escaleras o en la rampa, las largas pláticas sin sentido mientras mirábamos las nubes pasar tirados en el pasto, los incontables cafés y cigarrillos alrededor de los cuales tratábamos de darle un sentido a todo...

Hoy por hoy, no se lo que piensen los demás, yo siento que esos momentos muertos están perdidos. En algún lugar de mí hay una necesidad de ellos. Momentos en que no hay que trabajar, ni estar con la familia, ni leer, ni nada, simplemente pasar el rato con las personas que quieres...eso es lo que me da Facebook: bromas con mis amigos que viven en Australia y Alemania, compartir música nueva todos los días con mi primo al que por el trabajo no he podido ver en dos meses...

La película, sin embargo, va más allá. Nos habla, sin romanticismos, de una empresa que vale millones y de como surgió. Suerte, oportunidad, preparación, visión. De una u otra forma, el guión retrata los sueños de todos los integrantes de esta generación a la que nadie la ha querido poner nombre (quesque generación Y, o millenials...pero hasta mi hermanita es millenial, así que neee).

Mark Zuckerberg es mostrado como un jóven inteligente y narcisista que quiere destacar en un mundo en el que cada vez es más difícil hacerlo. Tal como deseamos hacerlo cualquiera de nosotros. Envidia y admiración, eso es lo que me provoca.

Eso es lo que espero. Que mi vocación/destino/misión me llegue en un momento en el que no lo espere. Creo que esa es la sensación generalizada de las personas en los finales de nuestros veintitantos. Imagínense, mi amiga abogada dice que no quiere dedicarse al derecho toda su vida (aún cuando su carrera le encanta), mi amigo diseñador cree que el destino de su vida debería ser irse a Japón (mientras lidia con un trabajo que podría ser más satisfactorio), mi amigo administrador vive en espera de poder establecer su vida fuera del país y aprovecha cuanta oportunidad puede para alejarse de aquí. Yo misma sé que no es aquí donde quiero estar en diez años, quiero tener tiempo, quiero viajar, quiero estar en la playa...

Sí, Facebook ha dado forma a nuestra generación, pero creo que la película va mucho más allá y nos habla de nuestras esperanzas, sueños y motivaciones.

Mención aparte para Andrew Garfield (guapísimo él) quién, para mi gusto, se lleva la película con su carisma y actuación plena de matices.

Como ven, es difícil describir una película cuyo tema la rebasa. Al menos esa es la impresión que tengo, es el tema y no la película lo que le da ese carácter definitorio que muchos le han querido colgar. cinematográficamente hablando, la película mantiene un ritmo intenso e interesante desde el primer minuto, y las actuaciones están al nivel de la maestría narrativa. El guión está bien construido y mantiene las elipsis necesarias para tener al espectador siempre mirando la pantalla. La música está puesta en su lugar...en fin, es una película bien hecha, pero no espectacular. No, no, no, no está en el top de mi lista. quizá entre las primeras 5.

***

La discusión que se abrió al salir del cine (como amo esas caminatas discutiendo una película justo después de verla, es mi Top 1 de actividades) fue justo en torno a películas que definieron nuestra generación, aquí una lista, obviamente muy personal y debatible y sin ningún orden aparente:
- El club de la pelea
- Matrix
- Titanic
- Eterno resplandor de una mente sin recuerdos
- The Dark Knight
- 500 días con ella
- Harry Potter
- Toy Story
- American Beauty
- Exterminio
- Requiem por un sueño
- The Hangover
- El señor de los anillos
- Trainspotting

¿Cuáles pondrían ustedes?

12 de noviembre de 2010

The evil xxx

Obvio ya fui a ver Scott Pilgrim vs The World. Fantástica y muy muy muy disfrutable. Digamos que es la película perfecta para adolescentes perennes como yo. Sí, Josue Corro (AKA @unsixmasbotana) la clasificó como una teen movie...a pesar de que el protagonista tiene 22 años.

El tipo (Scott Pilgrim, encarnado por un Michael Cera que no deja de fascinarme desde que lo vi en Juno) es un nini que vive ese periodo "entre trabajos" que resulta siempre desconcertante. Comienza una relación con una chavita de 17 años que se enamora perdidamente de él y se vuelve groupie de su "talentosa y conocida" (inserte sarcasmo aquí) banda Sex Bob Omb.

Peeero, el sueña con una chica a quién no conoce. Y, sorpresa de sorpresas, se topa con ella en una fiesta sólo para dejar caer toda barrera ante el encanto de su colorido cabello y su extravagante y misteriosa figura. Ahí empieza verdaderamente la historia pues para poder continuar al lado de la bella e interesante Ramona Flowers debe vencer a sus 7 ex's malvados que intentarán derrotarlo con sus superpoderes sobre naturales.

No contaré más. Pero ¡deben verla! Es una de esas películas que tiene un efecto rejuvenecedor para el alma. De cierta manera, y quizá esté yendo muy lejos, creo que logra captar la esencia de nuestra generación: cultura pop, tecnología, evolución, desconcierto, curiosidad, apertura y esa sensación de estar siempre buscando nuestro lugar en el mundo ... todo está ahí.

Ayer le decía a Sergio que es una pena pertenecer a nuestra generación. Viviremos siempre con nostalgia por nuestra juventud en vias de extinción. !No nos culpen! Somos creadores y receptores de esta idolatría por lo nuevo y lo joven. Vamos, somos la primer generación que pudo, legitimamente, dar consejos a sus padres porque ellos lo pedían (a quién no le ha preguntado su mamá acerca del funcionamiento de su celular...), pero eso se acabó, generaciones más jóvenes, más preparadas vienen en camino...

A nosotros nos queda esa nostalgia y, creo yo, la capacidad de contar historias. Esa profundidad emocional que, espero, nunca perderemos.

(Al igual que en la película, somos lo que fuimos y lo que hicimos, pero aún seguimos buscando esa puerta por donde llegaremos a lo que queremos ser - y siempre buscando alguien que nos tome de la mano).

18 de octubre de 2010

Recuerdos de infancia que sobrevivieron al alcohol y la nicotina...

Últimamente han venido a mi mente recuerdos de infancia que no estuvieron presentes desde hace muchos años. Es como si, al vivir sola y tener tiempo de mirar al techo sin la obligación de la conversación cotidiana hubiera desbloqueado las pequeñas felicidades de mi vida. Esas que estuvieron ahí hace mucho y que por lo mismo hacen más pesadas las tristezas cotidianas - sí, es lógico sufrir cuando recuerdas que hubo, hay o habrá algo mejor, lo dije el sábado por la noche y lo sostengo, la gente que cree en la felicidad absoluta no es confiable, existe la alegría infinita, el gozo eterno...pero mientras hay un niño con hambre en el mundo, una persona sufriendo a consecuencia de un atroz mal de la naturaleza...sencillamente la felicidad absoluta no existe y quien lo sostiene es un gran ingenuo o un fabuloso manipulador...

por otro lado, esas pequeñas felicidades valen lo que toda una felicidad absoluta no, porque son, fueron, serán reales.Aquí una breve lista de las que llegaron a mi cabecita en las últimas semanas:

El diente de león. Decía mi abuela que soplar a un diente de león era la mejor forma de pedir un deseo. Cuando caminaba de su mano, al salir del kinder,los buscaba con devoción. No tenía ningún deseo que pedir. Ninguno en concreto. Sentirme contenta. Y el deseo se realizaba al soplar fuerte fuerte fuerte. Era una maravilla. ¿Se han dado cuenta de que ya casi no hay dientes de león creciendo en las banquetas de esta gran ciudad?

Las catarinas. Las amaba. Decía mi abuela que si una catarina se posaba sobre tí era porque te traía buena suerte. Yo viví una infancia de catarinas a las que luego devolvía a un árbol. "Con cuidado" me decía mi abuela, "ponla en el arbolito para que coma". Las catarinas eran tan bellas y fascinantes que en verdad me sentía bendecida de que un animalillo tan bello se dignara visitarme.

Las palomillas de San juan. Sinónimo de temporada de lluvias. La casa de mi abuela se llenaba de ellas durante todo el verano. cuando se iban, llegaba el invierno y la temporada navideña, la época de renovar la casa y empezar a pensar que cocinaríamos. Días enteros de luchar contra las alas transparentes de un insecto que me provocaba miedo y repulsión. Cuando se iban, vaya, eso si era felicidad.

Las luciernagas.  En las jardineras afueras del Aurrerá al que siempre iba con mi abuela había una colonia de luciernagas. Para mí eran la cosa más mágica del mundo. Y no es que no supiera que era un simple insecto tratando de aparearse. Pero no podía dejar de señalarlas y sonreir cada vez que las veía. Hace años que no veo una luciernaga por ahí. El otro día vi unas en Santa Fé. Pero no es lo mismo.

Mi abuela. Sí, mi abuela era lo más bello de mi infancia. Mujer fuerte, graciosa, llena de abrazos y risas estruendosas. Mi infancia estuvo llena de sus manos delgadas y sus uñas largas siempre pintadas de rojo. De sus abrazos, de sus cafés negros. De sus rebozos de lana y sus arracadas. De sus sopas de fideo y su manera de portar un pantalón con una elegancia tal que no he vuelto a ver en mi vida. Ella me enseñó esas pequeñas felicidades, y el ballet y la danza y la lectura.La extraño. La extrañaré siempre porque su ausencia nunca dejará de estar. Diez años después, su falta sigue siendo una presencia en mi vida. Ya no tan dolorosa, pero siempre vacía.

Eso sí, su recuerdo está siempre lleno de esas pequeñas felicidades. Gracias abue.

5 de octubre de 2010

Cenicienta sin zapatos

No soy una persona fácil. A veces ni yo misma me aguanto. O me entiendo. O me quiero.
Hay días en que me dan ganas de tirar la toalla, alzar la mirada al cielo, y en pleno arranque de protagonista de drama novelado, hablar con el universo y gritar: ¡ya está, me doy, no lo entiendo!
Sí. Es eso. No lo entiendo.
No entiendo este mundo. no entiendo a que vine a este mundo. No entiendo que se supone que haga de aquí a que me vaya de este mundo. Asumamos que, como dicen algunos, uno viene a buscar y construir su felicidad. Entonces yo me pregunto qué carajos me hace feliz.Hay muchas cosas que me gustan, pero eso no necesariamente es la felicidad (es como cuando uno lee en la Cosmopolitan que si uno se pregunta si ha tenido un orgasmo es porque nunca ha tenido uno...ellos tienen un punto. Cosmo siempre tiene un punto).
A mi me gusta(sin ningún orden aparente):
el aroma del café,
los pajarillos que cantan por las mañanas,
el pan recién horneado,
cocinar,
las películas - verlas y tenerlas-,
los libros -verlos y tenerlos-,
quedarme desnuda en mi cama hasta que haya pasado el mediodía,
viajar,
leer revistas de viaje,
las cremas que huelen rico,
sentir la suavidad de mi piel,
sentir la suavidad de otra piel,
las caricias en las manos,
los abrazos,
los besos leeeeeeentos,
escribir cualquier tontería que pasa por mi cabeza,
la pintura y la fotografía,
el teatro,
navegar por internet,
reirme tanto que me duela el estómago,
dormir en el sillón de mi tía y saber que va a haber alguien que me sonría cuando despierte,
el té blanco,
hacer el amor -obvio-,
imaginar historias,
imaginar mi historia si esto o aquello,
soñar despierta,
detenerme a la mitad de un libro con esa sensación indescriptible inundándome el pecho,
sentir musiquita en mi corazón,
desvelarme,
platicar,
cantar,
el chocolate (amo el chocolate),
sentir que tengo 18 años de nuevo,
que me digan que me veo bien,
molestar a mi hermana,
imaginar la remodelación de mi casa,
hacer planes,
caminar,
pasar una mañana entera caminando sin rumbo fijo,
comer cosas nuevas,
aprender cosas nuevas,
ir a nuevos lugares...

Nada de eso, sin embargo, acaba por definirme. Y ni releyendo  lo anterior diez veces acabo de identificar mi vocación. Quizá como dice Darina  lo mio es probar que se puede sobrevivir al síndrome de Peter Pan.

A veces me siento como cenicienta. Haciendo todos los días lo que uno debe hacer todos los días. Platicando con ratones imaginarios (bueno, pajaritos azules imaginarios) soñando con...esperando.

El problema es que mi hada madrina se me fue hace ya diez años. Y no tengo ninguna zapatilla de cristal. No creo en príncipes azules ni salvaciones instantáneas. No creo en el happily ever after. A mi me gusta andar descalza por la vida...y a fuerza de repetirlo, he llegado a sentirme cómoda haciendo mi propio vestido, a mí ninguna hermanastra malvada va a venirme a decir que no me lo merezco...faltaba más.

Otra forma de decirlo es que a falta de respuesta, he perdido la capacidad de pedir ayuda. Así que, volviendo a la imagen del principio, no levantaré los ojos al cielo para pedir iluminación divina. Siempre son reclamos.

No hay zapato de cristal en esta historia.

1 de octubre de 2010

Conversaciones/Desconocidos

Descubrí un blog francés que me encantó y en el cual descubrí esta maravilla:



Jan Svankmajer - Dimensions of dialogue
Cargado por popefucker. - Mira películas y shows de TV enteros.

Después de verlo, varias cosas dan vuelta por mi impresionable mentecilla. La primera es que toda conversación sostenida por demasiado tiempo acaba por dañar a los involucrados (lo sé, la experiencia me lo ha demostrado algunos cientos de veces). La segunda es que las cosas que a veces nos cambian, nos mejoran o alteran nuestro mundo vienen, en la mayoría de las ocasiones, de gente a la que no conocemos, con quien nunca hemos cruzado una palabra.

He ahí la paradoja humana. Aquellos a quienes conocemos, de una u otra forma acaban destruyendo una parte de nosotros (puede ser la peor parte, tampoco hay que ser fatalista) y muchas veces lo nuevo viene de personas con las que nunca hemos hablado.

Hay una tercera, creo. Hay algo vagamente familiar en el video, quizá esa inquietante impresión que me producía la programación del once...ya saben, aquellas animaciones rusas, el teatro de sombras oriental que pasaban cuando era niña. Me gustan las sensaciones sórdidas.

¡Ah, la comunicación! Cuatro años y medio invertidos en su estudio y  es la fecha en que no la acabo de comprender.

30 de septiembre de 2010

El asunto de la reventa

Hace diez años The Cranberries vinieron a promover el Bury the hatchet en un gran concierto en el auditorio nacional. Yo no iba a ir originalmente, pobre -paupérrima- como era. Al final Mario decidió no ir -no recuerdo cuál fue la razón- y acabo vendiéndome su boleto en pagos chiquitos.

Ese fue mi primer acercamiento con la reventa. Y con los conciertos acompañada de la cuatiza.

Yo descubría The Cranberries gracias a la obsesión malsana que mi amigo Isra tenía con ellos. Recuerdo que me los prestó para grabarlos (¡los grabé en casette!) porque, obvio, yo no tenía dinero para comprar discos. Los escuchaba día y noche, noche y día hasta aprenderme sus canciones, que era lo que yo suponía se debía hacer en esos casos. Me dí cuenta entonces que escucharlos me hacía sentir bien. Sí, en esa época en que tener quince años me parecía la peor fregadera que se le podía hacer a un ser humano, en esa época en que mi casa me parecía peor que Santa Marta y lo único que quería era escapar y tener espacio y respirar aire fresco y olvidarme de la culpa y las obligaciones...(tengo pensado un post al respecto...luego)

Pues sí. The Cranberries me hacían bien. Luego de cada uno de los muchos días largos de mi adolescencia, escucharlos mitigaba el insomnio y los terrores nocturnos y hacia que mi imaginación proyectara sobre el techo un mejor lugar. Yo no los entendía. Hoy sí.

Diez años después, el lunes me dirigía a escucharlos de nuevo en el auditorio. llena de nostalgia, porque ninguno de esos amigos que me acompañaron la primera vez estaban ahí conmigo para re-vivirlo (y no tiene nada que ver con que hayamos dejado de ser amigos, porque no fue así). Esta vez fui con mis amigos de la universidad, pero V. (una amiga muy querida) se enfermó y no puedo ir a última hora, lo cuál desató una serie de eventos que les contaré a continuación.

Resulta que me avisó a las 5 de la tarde. De inmediato en FB y MSN puse el anuncio de la venta del boleto huerfanito. Mi mejor amiga dijo ¡yo voy, te lo compró! y yo me alegré muchísimo. Asunto arreglado. O eso creía yo, porque a las 7 de la noche (el concierto era a las 8:30) me anunció dignamente que algo le había surgido y que no podría asistir al magno evento. Madres.

Obvio a esa hora era imposible venderlo por internet. Partimos de la oficina y al llegar al auditorio intentamos venderlo pero nuestra nula experiencia fue impedimento para encontrar comprador. Total que a las 8:30, mientras se escuchaba la voz de tercera llamada allá al fondo, nosotros seguíamos con un boleto extra en nuestro poder. Regalémoslo, dije yo, al menos que no se desperdicie.

Entonces Sergio se paró afuera de la entrada y comenzó a gritar "sobre un boleto" por todo lo alto. Y que se nos acercan dos tipos. El primero un chavo que preguntaba a mis amigos, unos pasos más adelante si nos sobraba un boleto. El otro un tipo bigotón malencarado que comenzó a regañarnos por revender:

Señor malencarado: No jóvenes, no griten. Si van a revender háganlo por lo bajito (se abre la chamarra y muestra una placa piñatona de la policia), porque una cosa es que así lo anuncien...pero si yo los veo que lo venden...

Yo: No estamos revendiendo, una amiga no puedo venir...

Sergio: Además si lo vendemos lo daríamos al costo...

Señor: Pero así lo vendan en un peso...eso es reventa y es un delito...

Yo: Mire señor, si tanto le molesta la reventa ¿qué hace aquí? ¿por qué no va a las escaleras del metro? ahí si va a encontrar revendedores

Señor: pero es que esos no andan gritando..

Yo: Pues entonces usted y yo vemos escaleras distintas, porque yo todo el camino desde el metro hasta acá no hice sino escuchar a tipos gritando que si me faltaban boletos...

Señor: Pero es que allá están otros compañeros, además aquí está lo principal, porque está es la entrada...de verdad si quieren venderlo no griten, quédense aquí paraditos y de seguro alguien se les acerca, porque yo ya vi que andan por aquí, y si los veo venderlo ...pues es una falta, grave..

Yo: Pero si yo no quería revenderlo!! y no me salga con que aquí es lo principal porque los revendedores de verdad están allá abajo gritando junto a los policías...

El señor se alejó un poco...

Yo: Y ultimadamente, deme su nombre y cargo, identifíquese, porque no es posible que le importe más un boleto que estoy regalando que la bola de mafiosos que andan allá abajo...blablabla

Sergio me jaló...el concierto ya estaba empezando.

Al final le vendimos el boleto al chavo que se había acercado. Mientras yo peleaba, Sergio había hecho el trato.

Lo más simple habría sido decir: lo estoy regalando. Dárselo al chavo y meterme. Sin pérdidas de tiempo ni enojos. Pero es que mi fastidio frente a la justicia en este país ya tiene alcances épicos. Me molesta la incongruencia, la estupidez, la carencia de sentido en la aplicación de las normas...ya me es imposible dejar pasar esas cosas.

Y pues de ahí surgió el amor, el chavo este y uno de mis amigos se sentaron juntos, cantaron todas las canciones, agitaron el brazo derecho al mismo tiempo e intercambiaron teléfonos. Lo cuál deja en claro una vez más que la vida es siempre más creativa que nosotros.

Y sí. Quién habría pensado que diez años después estaría ahí de nuevo, con una vida muy otra de la que fue mi vida a los 15 años. Llorando de nuevo al escuchar la misma canción. Esta vez si la entiendo:




Understand the things I say, don't turn away from me
'Cause I've spent half my life out there, you wouldn't disagree
Do you see me? Do you see? Do you like me?
Do you like me standing there? Do you notice?
Do you know? Do you see me? Do you see me?
Does anyone care?

Unhappiness where's when I was young and we didn't give a damn
'Cause we were raised to see life as fun and take it if we can
My mother, my mother
She hold me, she hold me, when I was out there
My father, my father
He liked me, oh, he liked me, does anyone care?

Understand what I've become, it wasn't my design
And people everywhere think something better than I am
But I miss you, I miss, 'cause I liked it
'Cause I liked it, when I was out there, do you know this?
Do you know you did not find me? You did not find
Does anyone care?

Unhappiness where's when I was young and we didn't give a damn
'Cause we were raised to see life as fun and take it if we can
My mother, my mother
She hold me, she hold me, when I was out there
My father, my father
He liked me and he liked me, does anyone care?

Does anyone care?
Does anyone care?
Does anyone care?
Does anyone care?
Does anyone care?
Does anyone care?
Does anyone care?
Does anyone care?



La ignorancia es dicha.

Eso nos deja el silencio.

8 de septiembre de 2010

El asunto del arroz

A modo de zahir borgiano, hay cosas y asuntos que en los últimos días me han atrapado. Una suerte obsesión sin sentido alguno de la que depende mi cordura.

Lo más reciente es el arroz.

En mi ya cada vez más lejana pubertad y adolescencia, vivía yo una vida de ama de casa desesperada. Iba a la universidad, pum, salía disparada a la biblioteca, pum, sacaba copias, pum, corría a recoger a mi hermana, pum, cocinaba para mi familia, pum, sopa de fideo para mi abuelo, pum, arroz, pum, revisar tareas, pum correr a la papelería por los materiales que mi hermana necesitaba, pum, lavar los trastes, pum, ver a mi novio media hora, pum, ir al super, pum, hacer tarea hasta las 3 de la mañana, pum, despertar a las 5, pum, bañarme, pum, correr en el metro para llegar a clase de 7, pum, desayunar café y un cigarro, pum, salir de clases, pum, salir disparada a la biblioteca....

No conocía lo que era la vida social. Pero me sentía bien cuando cocinaba para mi familia, cuando comía con mi abuelo mientras veíamos Los chicos del barrio...yo alucino esa caricatura, pero mi abuelo la amaba. Me gustaba cocinarles, saber que íbamos a comer juntos y bromear sentados en la mesa. Mi abuelo sentía que no comía si no había sopita o arroz. Para mí era mucho más fácil y rápido hacer un arroz blanco que una sopa de fideos. Siempre me quedaba perfecto, mejor incluso que el de mi mamá. Me encantaba cocinar arroz y sentir el aroma que desprende cuando se fríe...ese momento mágico en que el caldillo de jitomate cae en la olla y desprende el mejor aroma del mundo...

Cuando entré a trabajar mi rutina cambió totalmente y mi mamá empezó a cocinar para mi de lunes a viernes. Nunca en fin de semana, todos demasiado cansados para cocinar elegimos restaurante en turno cada sábado y cada domingo.

Pero también eso cambió. Ahora que vivo sola me negué a que mi mamá cocinara para mi. Decidí que podía tomar eso en mis manos. Ja. Ilusa. Esa es otra de las muchas cosas que no tengo en mis manos en estos momentos.

Hace dos semanas me entraron unas ganas insoportables de comer un arroz rojo casero. No más Knorr por favor. Tres veces intenté preparar un arroz decente sin resultados positivos. Simplemente el puto arroz se niega a quedar bien (cada vez que mi papá "pincheaba" a la comida decía "pinche yo, ¿qué culpa tiene la comida?" -yo no aplicaré esa lógica).

El primer intento fue un arroz verde, con un gran sabor...pero batido.

El segundo intento fue un arroz blanco. Batido, quemado e insípido.

El tercer intento fue un arroz rojo...sólo lo comí porque me da penita tirar la comida.

Ayer lo intenté de nuevo, quedó sabroso. Pero no perfecto.

Mi obsesión con el arroz, creo yo, viene de mi reciente incapacidad de dar orden a mi vida. Mi escritorio es un desorden, mi cuarto es un desorden, mi clóset es un desorden...me entró ese síndrome de olvidarlo todo que ya no recordaba. Problemas con la memoria a corto plazo que me impiden encontrar mis llaves o el papel en el que anoté el número de reporte de aclaración que levanté ante CFE, o mi dinero, o mis aretes, o mi libro...simplemente no recuerdo el lugar de cada cosa.

Esa se ha vuelto mi pesadilla cotidiana. El tener que lidiar conmigo misma me hace darme cuenta de que, al no haber tenido nunca la libertad de decidir nada, me había acostumbrado a vivir con las reglas de otros. Hoy, que puedo darle a las cosas la forma de mis sueños, me doy cuenta de que simplemente no se por donde empezar. Me perdí. En algún momento entre el cambio de oficina, la novedosa experiencia de vivir sola y mi falta de tiempo. Perdí mi capacidad de reconocer lo que me gusta. Creo que involuntariamente, sigo esperando que alguien venga de nuevo a decirme cómo deben ser las cosas. Tengo complejo de damisela en aprietos.

Ante todo ese desorden, yo sólo quería aquello, un poco de aquello que me hizo mantenerme en paz durante tantos años, mi hogar, mi familia disfuncional, rara y peculiar. Mis minutos perdidos en el olvido, esa sensación de saber que todo está bien en el momento en que sirvo un plato de arroz y mi abuelo sonríe y hace gestos, el momento en que mi tía me pregunta en qué puede ayudarme aunque bien sabe que le voy a decir que vaya por las tortillas, el momento en que mi hermana me contaba sus preocupaciones infantiles...mi familia collage que se aderezaba de vez en vez con alguna visita inesperada.

Yo sólo quiero cocinar de nuevo un arroz perfecto. Pero todos los intentos fallidos me han hecho comprender que he desaprendido a cocinarlo. Mi abuelita no estaría orgullosa, ella fue quien me enseñó a prepararlo. Ya no está mi abuelita, casi diez años han pasado, ya nunca me compartirá de ese delicioso café negro que sólo a ella le quedaba tan bueno. Ya no está mi abuelo tampoco, nunca más me contará sus bromas sobre Chanclotas Van Damme, ni me pondrá apodos. Mi hermanita estudia la prepa. Mi tía trabaja en la tarde.

Insisto, en algún momento perdí aquello que tanto disfrutaba. Hoy me siento perdida. Y el arroz sigue sin quedar. En el fondo, creo que es sólo una señal de mi subconsciente. Necesito de vuelta un hogar.

26 de agosto de 2010

Mi capilla personal.

Esta nota  sobre los mineros chilenos me puso a pensar en aquello que me llevaría conmigo a compartir la oscuridad de vivir a 700 metros bajo tierra. Suena quizá a mi peor pesadilla, un reto total a mi claustrofobia y mi miedo a la oscuridad. Arual me decía  - más bien me escribía- que el amor a la vida es lo que te ayudaba a seguir en esas circunstancias.

Me imagino que sí, me imagino que el amor a tu vida pasada y a la idea de tu vida futura es lo que te mantiene en pie hasta en las peores circunstancias. Pero debe haber un símbolo que te recuerde que estás vivo, y que incluso ahí en el no-mundo, eres un ser humano.

Creas en lo que creas, toda creencia puede ser asimilada a un símbolo. Así de simples y de complejos somos.

¿Qué me llevaría yo, qué que hiciera esa oscuridad y ese olvido menos aterrador?

Me llevaría aquel anillo de plata que me regaló mi abuela después de encontrarlo tirado en la calle. Ese anillo que robaron de mi casa y que será por siempre insustituíble. Un recuerdo del amor de la persona que más se preocupó por mí y que guió y alumbró toda mi infancia. Un símbolo de que siempre hay alguien cuidándome.

Me llevaría una de las cajas de madera que me ha regalado mi mamá. Cajas que me acompañaron a lo largo de mi adolescencia y que contemplaron silenciosas mis secretos, mis cartas de amor, amistad y desamor, mis pequeños tesoros. Un símbolo de que hasta el vacío más grande puede ser llenado con amor y paciencia, un símbolo de que las ausencias duelen pero hay que ver el cuadro un poco más lejos para darte cuenta de que son contenidas por algo.

Me llevaría la cadena de plata que siempre me acompaña en mi muñeca izquierda. Esa pulsera que Sergio me regaló en una de nuestras largas caminatas, el día que cumplimos 3 meses. Ese día yo ya sabía que lo amaba y que lo iba a amar toda la vida. En estos ya más de 7 años sólo ha estado lejos de mi en dos ocasiones, separaciones necesarias que nos ayudaron a crecer y a amarnos más, a entendernos más. Para mí este collar/pulsera es símbolo del amor. Así de simple y así de inmenso. Es también símbolo de compromiso y coraje, es símbolo de que la eternidad se construye momento a momento y que cada decisión que tomamos es un eslabón en nuestras vidas.

Esa sería mi capilla. A eso me aferraría yo.

Qué difícil. Se me hace un nudo en el estómago. Espero que los mineros tengan siempre de su lado la fuerza y el amor necesario para sobrevivir a esa oscuridad. Se los deseo de todo corazón.

23 de agosto de 2010

Los hombres que no amaban a las mujeres

El libro de Stieg Larsson comienza advirtiendo que el 18% de las mujeres en Suecia han sido amenazadas en alguna ocasión por un hombre.

De ahí se desprende una historia que tiene mucho de épica y policíaca. Aunque es también una historia de amor, amistad y conocimiento. La película recientemente estrenada le hace justicia, pero como toda buena adaptación, es sólo una visión parcial. Hace falta leer el libro y beberse las letras para quedar completamente prendados de lisbeth Salander y Mikael Blomkvist.

Apenas voy en el título 1 de Millenium, pero pueden estar seguros que terminaré la trilogía, más tarde o más temprano.

Por la simple y sencilla razón de que se hunde en ese mar de violencia contra las mujeres que muchas veces no vemos con toda la claridad que deberíamos. Yo no soy precisamente feminista (ya saben, no soy una mujer rabiosa que grita que es igual a un hombre e incluso más ruda y competitiva y despiadada y blablabla) me considero más bien una humanista. Entiendo el concepto en el sentido de que para mí los seres humanos tienen inicialmente el mismo valor siendo hombres, mujeres, gays, niños, ancianos, analfabetas, ricachones de las lomas, etc. al final son las acciones de cada uno las que los definen. Y eso no tiene nada que ver con sexo, educación, preferencia sexual. Digamos que creo que cada individuo es definido individualmente sobre una base universal...

No me malviajaré. El punto es que la violencia a las mujeres persiste como un mal generalizado y sistematizado en ciertos sectores de la sociedad. Sólo hay que voltear y mirar Cd. Juárez, o darse una vuelta por las colonias populares. No creo que se necesiten cifras, pero si las quieren...

- 864 mujeres muertas en Cd. Juárez desde 1993 (124 en 2009)
- 4 mujeres mueren a diario en México a causa de violencia de género
- Uno de cada 3 hogares han sufrido de violencia doméstica en la Cd. de México
- 400 mujeres fueron asesinadas en Chimalhuacan entre 2000 y 2006

Tristemente, nuestra realidad supera las más despiadadas fantasías. La violencia se ha colocado como parte normal de nuestras vidas, y la violencia de género es sólo una de sus aristas.

En el libro de Larssen, Lisbeth Salander llega a al conclusión de que el (los, la...no voy a espoilear) asesino no es un fanático enloquecido, sino uno más de los cabrones hijos de puta que siempre han odiado a las mujeres.

Creo que deberíamos darnos un tiempo para reflexionar, incluso nosotras mismas como mujeres y empezarnos a querer un poquito más, y extender después ese cariño a esos otros seres incomprendidos que son los hombres. Aquí no caben los resentimientos.

La violencia debería ser desterrada. Y me aferro a creer en eso aunque mi mente lo esté categorizando hoy en día como una utopía.

13 de agosto de 2010

Holbox , Q. Roo

La primera vez que escuché hablar de Holbox fue en un documental de Canal 11 en el que mostraban imágenes cautivadoras de aguas color turquesa en cuya profundidas y elegancia el pez más grande del mundo se dedicaba felizmente a comer plancton y pequeños peces. Me refiero por supuesto al tiburón ballenaQuedé fascinada por la inmensidad del hermoso animal y decidí en ese momento que debía ir a nadar con él. De qué se me mete algo en la cabeza no hay poder humano que me haga desistir de mi empeño...

Las cosas se fueron dando naturalmente, Holbox empezó a sonar en todos lados, lo veía en todas las revistas de viajes que me gusta leer. Cada vez que veía imágenes me enamoraba más y más de esa pequeña isla que no conocía. 

Imágen tomada de www.holbox-hotels.com


Después del desastre que supuso el viaje a Europa en términos de mis deseos de volver a viajar con Sergio en la vida, el hecho de que le negaran la visa cuando me fui a NY poco después de mi cumpleaños fue casi casi un alivio. Disfruté de mi soledad y me enamoré de la ciudad, pero lo extrañé muchísimo. Quería volver a viajar con él y mi cuerpo pedía a gritos ir a la playa. 

Como por arte de magia, planeando el recién institucionalizado viaje de cumpleaños encontré una promoción de vuelos a Cancún muuuuy buena en Volaris. Vámonos a Holbox. No hubo mucho en qué pensar. Esta vez, él organizó las cosas y yo sólo me preocupé de empacar mi mochila un día antes. 

El viaje es largo. Hay que llegar a Chiquilá, y para ello se puede tomar el camioncito amigable de Mayab que sale de la central camionera de Cancún con un costo de 65 pesitos...por desgracia nuestro vuelo llegaba 15 minutos antes de la salida del último camión (que sale de Cancún a las 12:45pm) así que no era opción.´También se puede tomar un taxi que cobra aprox. 800 pesos. O utilizar el transporte personalizado que te deja en la puerta de tu hotel y que casi todos los hoteles de la isla ofrecen. 

Ya en Chiquilá hay que tomar un ferry de $60 pesitos por persona para cruzar a la isla. una vez ahí, no se dejen engañar, no es necesario tomar taxi, si no traen mil maletas pueden caminar...el pueblo mide 5 calles por 5 calles. Total del trayecto desde Cancún: aproximadamente 4 hrs. 

Y entonces: el paraíso.

Llegando a mojar mis piececitos en el hermoso mar azul....
Nosotros nos hospedamos en el hotel Casa las Tortugas y no me arrepentí ni un sólo momento. Nuestra estancia fue increíble, es el lugar perfecto par pasar una luna de miel, que para mí lo fue, o unas deliciosas vacaciones familiares con niños. La playa es una delicia, casi casi un lago en el que puedes caminar casi 100 metros sin hundirte más allá de la cintura. 

Además, es un lugar tan acogedor y bonito. Casi no sientes que estás en un hotel, todos son amables y te atienden siempre con una sonrisa, como si fueran tus amigos de años, cada vez que te sirven un trago (las margaritas de limón son una pasada) te preguntan si les quedó buena...y los camastros...perfectos para leer o para dormir con la brisa vespertina antes de despertar para ver el atardecer...

Colores

(Debí advertir que éste iba a ser un post largo...quedan advertidos)

Ahhh...hermoso.

Eso si, si quieren comer, coman antes de las 4 de la tarde o se verán relegados a la cena después de als 7. Hay un lugar llamado Buenavista Grill que sirve el mejor ceviche de camarón que he comido ever in the life. Y ellos si abren todo el día....

En fin.

Al otro día salimos a las 8 de la mañana en búsqueda del extraño especímen. Y no sólo encontramos Tiburón ballena, vimos delfines pasar justo junto a nuestra lancha, vimos al mar convertirse en un espejo, mantarayas voladoras, flamingos rosados parados en un sólo pie...fue un día maravilloso, y aunque intentamos cerrarlo con broche de oro practicando kitboarding, lo intentamos sin éxito jejeje.Pero lo intentamos.

Definitvamente no habría sido igual sin el ambiente increíble que había en la lancha, el equipo del hotel realmente hace un graaan tour, y además se nota la pasión y el cuidado que tienen hacia estas maravillas naturales. Lo más importante en todo momento es no perturbar demasiado al tiburón. Te piden no tocarlo, no acercarte a menos de dos metros, usar sólo bloqueador solar bioderadable. Holbox es definitivamente un ejemplo de ecoturismo sustentable.

Una chica holandesa, amiga de Francesca, la dueña del hotel (una italiana guapísima y adorable, todo un personaje en Holbox), le preguntaba a Edwin, el capitán del bote: ¿Hacen esto todos los días, y no se aburren? A lo que Edwin contestó: ¿Cómo podría uno aburrirse de esto?

Yo me pregunto lo mismo : ¿cómo?
Partiendo en búsqueda del especimen

Delfíiiiines
Ay nanita! El tiburóooon

Glorioso momento. La foto es de Sergio, yo con la emoción apenas podía nadar

Es imposible describir lo que sientes cuando un animal así viene hacia tí
La mantaraya...esta no tiene veneno en su cola, pero da unos aletazos que más vale no acercarse demasiado
Los flamingos huyendo de nosotros...mi deseo de navidad es comprarme una cámara de verdad jejeje

Toda la experiencia fue conmovedora hasta las lágrimas. Nadar con un pez de 10 metros, perteneciente a una especia que ha estado en la tierra millones de años, sentirlo cerca, sentirlo respirar justo a tu costado y mirar la perfección de todas las criaturas que hay en este universo...vaya, te hace pensar que realmente hay algo, un arquitecto, una fuerza superior...me siguen?

Sinceramente fue un gran viaje, el resto del tiempo fue sol, playa, mucho nadar en las cálidas aguas del caribe mexicano, mucho comer pescadito recién pescado. Mucho sonreir.

Todo esto cierra un círculo, y definitivamente, comprobé una vez más que Sergio es mi compañero favorito de viaje y que los incidentes europeos fueron en realidad intrascendentes, irrelevantes y un mero accidente.

En fin. Terminado el viaje hay que comenzar a planear el siguiente, mi parte favorita jejeje. Ensenada allá te voy muajajaja, vinos: agárrense.

PD. Holbox, te prometo volver  y la próxima vez será por más tiempo. El necesario. Quizá para siempre. Así es esto, la playa siempre me ha llamado. 

11 de agosto de 2010

Un viaje

Un viaje es todo lo que se necesita para recobrar la inspiración, para encontrar el objetivo perdido, el amor perdido, la emoción perdida. Un viaje puede contener todo aquello que no hallábamos, todos los caminos, todas las manos, todas las sonrisas.

Un viaje es capaz de darle sentido a todas las horas invertidas detrás de un escritorio sin más ánimo que el necesario para partir a casa. En cierto sentido se convierte en un punto de llegada, en un punto de partida, en un punto de quiebre...

Para mí, el viaje del fin de semana me recordó que quiero ser feliz, y que siempre he tenido claro las formas que la felicidad tiene para llegar a mí. Reencontré la sonrisa en mi rostro y pude abrazarme a mis cansadas esperanzas. Para mí, volvió a brillar: el mundo, el amor, el esfuerzo...

Siempre he creído que todo aquello que queremos es alcanzable, y siempre hay millones de rutas distintas para alcanzarlo. Caminos más cortos. Caminos más largos. En esta vida hay que ser capaces de asumir el compromiso de una elección, pero también lo suficientemente flexibles como para saber que no siempre es posible llegar hasta el final con una ruta planeada.

La playa me atrae. Siempre lo ha hecho. Ahora sólo depende de mí el camino que me lleve a ella, y estoy segura que será de la manera más sorprendente.

Descanso


Holbox Q.Roo es una delicia de lugar. No dejen de visitarlo cuando puedan.

26 de julio de 2010

Inception

Estoy juntando valor para hablar de esta película.

Me cuesta mucho trabajo hablar de las cosas que me gustan porque me vuelvo cero objetiva al respecto. Justo eso es lo que me pasa ahora. A mí ya me tenía ganada desde el hecho de ser dirigida por Nolan, y si a eso le sumabamos a Leo DiCaprio (sí, digan lo que quieran pero a mi me gusta DiCaprio...cada año que pasa un poquito más), al bombón de Joseph Gordon Levitt y a mi amor lésbico no confesado Ellen Page...pues ya era un hecho que me iba a gustar antes de verla. Y si a eso le sumamos a Cillian Murphy (si de él no han visto Desayuno en Plutón, por favor corran a buscarla) y a mi nuevo crush de verano Tom Hardy...¿ven lo que pasa? ¡Me emociono!

En fin.

El planteamiento de la historia es complicado, y resulta difícil idear una sinopsis...básicamente se trata de unos tipos que se dedican -ilegalmente, por supuesto - a cobrar por obtener información valiosa. Para obtener dicha información, su método es entrar en los sueños de las personas y aprovechar la vulnerabilidad de su subconsciente para extraer más fácilmente los datos.

Mr. Cobb (DiCaprio) quiere dejar eso para volver a Eu y ver a sus hijos, sólo que no puede volver por ciertos conflictos legales. Es entonces que Mr. Saito (Watanabe) aparece para ofrecerle la salida a sus problemas, todo a cambio de sembrar una idea en la mente de un heredero, esa idea debe llevarlo a destruir el imperio de su padre.

Ese último trabajo es el que ocupa la trama principal de la película, llevándonos a un laberinto, del que aún no logro salir. Debo volver a verla. Necesito entender su lógica, y volver a aprehenderla en todo su esplendor visual. Es una película compleja y profunda, una suerte de viaje a través del espejo, hacia el terror más grande, hacia el abismo más profundo: nuestro subconsciente y su capacidad infinita de creación.

Quizá nuestra más grande esperanza, el poder transformador de las ideas, es también nuestro más grande peligro...

De verdad, al salir me sucedió lo mismo que cuando vi Matrix...hace ya un par de añitos jejeje. En ese entonces me preguntaba si las cucharas existían. Ahora no hago más que preguntarme ¿cómo llegué aquí?

20 de julio de 2010

El mundo ya no es lo que era...

...ahora se muere gente que antes no se moría ...(jajaja, siempre me da risa ese chiste..sí ya se que es malo ¿y?).

Bueno.

Es que en verdad, el mundo que conocí cuando era niña no tiene nada que ver con el mundo que vivo ahora. Por ejemplo, Amazon acaba de anunciar que ahora vende más libros electrónicos que de pasta dura. Youtube cumple 5 años, Facebook está por alcanzar los 500 millones de suscriptores... así podría seguir, pero creo que eso basta para ilustrar el punto.

Mi primer dirección de e-mail la obtuve cuando tenía 15 años, y aún la conservo. Yo fui de aquellas ilusas que tenían ICQ y que compartían con sus amigos el código interminable para poder conectarse a altas horas de la madrugada. Soy miembro de la primer generación que pudo decir "soy adicto a internet" y aún recuerdo "el chat" con su carita feliz nefasta.

Mi hermana tiene hoy catorce años, y no concibe el hecho de que una enciclopedia deba instalarse en el disco duro, mucho menos hablemos del hecho de que pueda ser impresa y ocupe la mitad de un librero. Tampoco concibe la idea de los compromisos inamovibles, cuando ella tenía 3 años el Startac ya circulaba libremente. A ella le da lo mismo quedarse sin cable, pero no se imagina la vida sin internet.

Hoy a mis 26, pienso en retrospectiva y me imagino lo diferente que pudo ser mi vida adolescente con un celular...pero aquellos eran tiempos en que si aplicaba aquello de "preferible pedir perdón que permiso", si llegaba tarde (tan tarde como mi ñoñez lo permitía) me ganaba una regañiza, pero mis padres no tenían forma de encontrarme. Mi única comunicación con ellos era a través una linda tarjeta telefónica coleccionable, claro está, después de la respectiva fila en el teléfono público más cercano.

Yo tenía una serie favorita ( y no revelaré el nombre por vergüenza) y nunca pude ver el final en la transmisión por TV, lo vi en un VHS mal grabado y con comerciales que me pasó un amigo: los DVDs no existían. La música era una carga pesada, y pocos pre adolescentes entenderían que los portaCDs eran parte esencial de nuestras vidas...

No sé porque me entró esta nostalgia adolescente. Sólo se que me alegra saber que estuve ahí cuando todo pasó. Y sigo estando, porque esto no se acaba.

16 de julio de 2010

Resulta que soy mujer...

Válgame. Qué descubrimiento...por favor, no sean infantiles y guárdense el sarcasmo para después.

Pues sí, si es un gran descubrimiento.

Mi femineidad y yo hemos estado peleadas desde...bueno, básicamente desde siempre. Pero no sólo eso. Mi adultez y yo hemos estado peleadas desde que empecé a trabajar y mantenerme y en teoría me convertí en una adulta responsable. lo cual me lleva al punto en el que siempre me vi como bien lo describió mi amigo Jon alguna vez: un hombre gay atrapado en el cuerpo de una mujer. Un muchacho diría yo.

En cuanto empecé a trabajar empuñé mis jeans como defensa contra la vejez y el decantamiento en persona sería y aburrida. Me negué a usar tacones todos los días y me convertí en adicta a los tenis. Sí, si, padezco del síndrome de Peter Pan y qué.

Total, que tengo 26 años y cero ganas de ser una adulta.

Pero sucedió. El jueves me vi al espejo y no vi a una chiquilla mensa, ni a una muchacha simpática. Yo vi a una mujer que me veía en los ojos con una mueca entre irónica y sarcástica. Me dio el vértigo. Lo juro. Miré mis ojos maquillados, mis tacones altísimos, la bolsa gigante conteniendo mi vida y sentí un hueco en el estómago.

Todo empezó quizá la semana pasada cuando alguien me dijo 'señora guapa' y yo estuve a punto de patalear, clavarle un tacón en el empeine, escupirle la cara y abofetearlo hasta cansarme por semejante insulto. Te dijeron guapa ¿por qué siempre ves lo negativo?, eso fue lo que dijo mi novio, y me llevó al pensamiento inmediato de que mi amigo Paco tiene razón y soy una completa amargada.

Pero me dijo señora...ya no quiero recordar el insulto...señora la más vieja de su casa...

Aparentemente siempre he aparentado más edad de la que tengo, y todos aquellos que erróneamente me han calculado más años acaban recurriendo por una suerte de culpa a justificarse diciendo siempre lo mismo: "es que eres alguien demasiado madura para tu edad"...ja, que le pregunten a mi hermana si soy madura cuando jugamos guerra de almohadas y me pongo a cantarle a mitad de un centro comercial o juego con ella a ser un zombie...chales, estoy muy mal.

Nunca he entendido en qué consiste la madurez.

Pero sé que de una u otra forma he llegado a ese momento en mi vida en que soy jóven, pero ya no tanto, y a pesar de que ya hace un año pasé al segmento 25-30 al responder encuestas, es hasta ahora que me cae el veinte. Soy una mujer, y Magnum, Dove, L'oreal, y otras mil marcas quieren mi dinero. Y saben que de una u otra forma necesito la efímera felicidad que me puedan regalar, esa falsa sensación de mantenerme en este momento. En este preciso momento en que me siento más segura y confiada que nunca. justo en esta etapa de mi vida en que aquello por lo que sufrí en mi infancia desapareció. Esta etapa en que creo poder con todo porque ya me demostré a mi misma que soy capaz de lograr lo que me propongo, en que aún no pierdo la fe en la humanidad y aún confío ciegamente en que las cosas pueden cambiar si uno hace su mejor esfuerzo, esta etapa de mi vida en que he pasado por las suficientes preguntas para darme cuenta de que no me importan las respuestas definitivas. Y sin embargo, es también el momento en que he asumido que no existe tal cosa como la bondad absoluta y las personas perfectas. Vamos, que ya supere el blanco y negro de al juventud y ahora soy capaz de verlo todo en su justa escala de grises.

Sí. Definitivamente soy una mujer. Lo que sea que eso signifique.

Y una guapa, además ; )

29 de junio de 2010

El gran placer de las buenas historias

Siempre me he asumido como una relato-adicta. Consumo historias en cantidades industriales: libros, canciones, películas, pláticas, anécdotas, películas...

Hay historias que me atrapan y se vuelven parte de mi vida de una forma entrañable, convirtiéndose en parte de mi lenguaje y mi forma de ser (mi novio nunca entendió a que me refería cuando me reía y decía Tio Waldo hasta hace una semana que vimos Los Aristogatos...). Creo que nos pasa a casi todos.

Sobre todo cuando de buenas historias se trata.

Lost fue una de ellas, pero ya escribí de eso en otra ocasión.

Y Pixar...mi productora de cine favorita me trajo el cierre de Toy story. Otra historia redonda y perfecta en la simplicidad de su planteamiento. Voy a extrañar a Woody y a Buzz!!! Sencillamente los amo. No voy a mentir, yo si lloré hacia el final de la película...creo que habrá enfrentar el hecho de que ya crecí. Dueledueleduele...

Y luego el adiós de Saramago. Ya he dicho antes que me había peleado con sus últimos libros, pero siempre me quedarán los ensayos y lo mucho que han representado en mi vida. De mis libros favoritos, sin duda alguna. Desnudar de esa manera la naturaleza humana resulta difícil de digerir, pero asumo que casi imposible de logar. También lloré cuando se fue.

Finalmente, ayer vi Kick Ass y me encantó. No pienso recomendarla porque mi radar de violencia indica que si alguien sensible la ve por mi culpa acabaré señalada con el dedo acusador...pero es una gran reflexión sobre la violencia organizada y el compromiso, sin dárselas de muy acá.

Todo esto me lleva al siguiente punto: toda historia tiene un final, sólo hay que buscar que siempre sea un cierre definitivo y poético. A veces sólo la nostalgia nos salva de la vacuidad del mundo. La nostalgia es en sí misma una historia reinterpretada.

Lloro.

15 de junio de 2010

Fin de semana de película

Mi vida esta de cabeza. Todo es un desastre tras otro. Un ejemplo: ayer llegué a mi casa a las once de la noche, muriendo de cansancio y  punto de dejarme invadir por la depresión. Aún así decidí cocinar. Iba a hacer unas calabacitas rellenas.

Paso 1: cocer las mentadas calabazas...

Puse las calabazas a cocer, mientras salía a tender mi ropa, esperando que no lloviera en la noche y que milagrosamente amaneciera seca. Después de eso, me puse a ver la tele. ¿Por qué sucede siempre que cuando más ganas tienes de ver algo estúpidamente entretenido no hay NADA interesante que ver? No tenía ganas de pensar en que DVD poner, sí que acabé viendo Hairspray en HBO family...es suuuuper mala.

Siguiente escena: me quedo dormida.

Corte a: mi ojo abriéndose, mi nariz olfateando. Mano en la cabeza, típico de manga japonés. Corro descalza en la oscuridad hacia la cocina. Obvio. El agua de las estúpidas calabazas se secó y ya se quemaron todas toditas. El fuego, por suerte, aún prendido. No acabé en noticia del Alarma. Al menos eso.

Apago el fuego, abro todas las ventanas. Enciendo el ventilador.

Ya no tengo sueño. Miro el reloj: 2:24 am. No puedo volver a dormir. Veo un capítulo de Dawsons Creek en Liv.Aún no tengo sueño.

Me pongo a llorar hasta quedarme dormida. Me siento una compleeeeta inútil. ¿Por qué no puedo ser una super woman como mi mamá? ¿por qué a mi si me gana el sueño y prefiero ver la tv a tender la cama o lavar los trastes?

Los trastes siguen esperando por mi.

Quizá por eso no me he ido de la oficina.

En fin...

Que eso sirva sólo de marco para entender porque disfruté tanto este fin de semana. Empezando el viernes con Fuerza Bruta, un espectáculo que me devolvió la capacidad de asombro y me hizo reencontrar a mi niña interna. Después, cena francesa deliciosa en el Bistrot Arlequin en la colonia Cuauhtemoc. Un manjar de los dioses. Si algún día van pidan la tarta de queso de cabra con jitomate y un creme brulée. Para chuparse los dedos.

El sabadito, clase de francés...acompañar a mi hermana a elegir vestido para sus 15 años (no me vean así, yo insistí en que fuera viaje...pero ella no quiso) y la boda de mi amiga Fab. Lloro. Todo mundo se está casando.

El domingo, por fin, desperté hasta el mediodía, muerta de cansancio. Y en la tarde: tan tan tan taratan taratan...Star wars en concierto. No soy fan, pero lo disfruté enormemente.

Por desgracia el domingo se convirtió en lunes...y ya ven lo que pasó.

Eso sí, valió la pena, porque si llegué tarde a mi casa fue por ir al cine a ver Entre Hermanos. No diré que me gustó porque la historia es terrible (no por mal, sino por fuerte), pero es una muy buena película, de esas que te hace pensar en el sentido de las cosas. De la guerra, principalmente, de la familia, de la humanidad. Véanla antes de que la quiten.La Portman como siempre formidable y Tobey Maguire demuestra, por fin, que si sabe actuar.

PD... la verdadera razón de este fin de semana de película es que un 11 de junio, pero hace 7 años, encontré la única razón en este mundo por la cual vale la pena levantarse cada mañana, sin importar lo frustrante que haya sido la noche anterior. Y todo lo que hice, obviamente, lo compartí con él. No importa cuantas veces lo haya dicho (que en este blog seguramente han sido muchas) el amor que siento por él es el motor que me echa a andar.

11 de junio de 2010

El secreto de tus ojos

Me encantó.

Ya desde hace tiempo tengo un affaire interminable con las ganadoras del Oscar a Mejor película en habla no inglesa. Y esta ingresa honrosamente a mi colección de amantes.

Es una de esas películas que te lleva por toda la gama del sentimiento humano, sin parecer en ningún momento forzada o pretensiosa. El planteamiento es simple, es trata de una película policiaca que persigue a un asesino. Muy en el tinte de A sangre fria, casi casi periodística. Sin embargo, en algún momento, como todo buen reportaje, adquiere tonos políticos y de crítica social. Y aún así, y con todo lo seria que pueda sonar, es una película que me hizo reir muchísimo.

No se si es ese sabor a nostalgia porteña (¿cómo puedo tener nostálgía de Bs.As. si nunca he ido y ni argentina soy?- mi papá solía decirme que yo me había equivocado de país y que debí nacer en Argentina) con el sabor a vino y el sonido de letras que sin querer se vuelven poema...

De verdad no se que será, pero me cautivó. Me cautivaron los modismos, las referencias a Mafalda, las preguntas eternamente válidas, a búsqueda de razones en medio de una completa sin razón...

Veánla.

3 de junio de 2010

PD Mi gato ha muerto

¿Ven por qué no abro mi corazón?¿por qué me cubro con una coraza de frialdad impenetrable? Gato ha desaparecido, ya no va a ronronearme por las mañanas ni a acostarse a mi lado por las noches. Bien dicen que lo que fácil llega, fácil se va...

Lo extrañooooooo.

¿Dónde estás Gato?

No puedo creer que mi corazón sea tan facilote.

***

En otro orden de ideas, vi Abel. y me gusto su sencillez , la intimidad con que está contada. Las actuaciones, espectaculares.

Amé volver a ir al cine y comer fuera de la oficina después de dos semanas de infinito estrés. Mis ojeras lo comprueban. No me gusta que me digan que estoy ojerosa: ya lo sé!! (¿a poco creen que no me veo al espejo?...sí me veo...poco, pero sí).

Lo de Gato es más importante. Me hace falta, #sufrocomoprecious

31 de mayo de 2010

La chispa creativa

La creatividad es algo difícil de describir. Quizá haya que admitir que "no hay nada nuevo bajo el sol" pero yo soy partidaria de la idea de Camus: "Crear es vivir dos veces". No es necesario crear un mundo nuevo,  veces basta mirarlo todo desde otra perspectiva y reirnos de aquello en lo que creemos.

La lógica del absurdo.

En algún lugar de mi pequeño credo personal, se apunta el hecho de que toda creatividad proviene de un conocimiento previo. No es posible derribar las estructuras si no sabes antes cuáles son sus flaquezas. En publicidad, ese conocimiento previo viene del planning, de los insights, de la estadística y el número frío...

Pero después, todo debería apuntar a ser diferente...la razón del arte es, quizá, la búsqueda imprecisa de la originalidad. Y entiendo como originalidad la llegada al origen mismo, ese punto en que converge todo, en que cabe todo a lo que aspira todo.

Ayer fui a la exposición de Magritte en Bellas Artes -finalmente- y la disfruté enormemente. Hubo una pintura en particular que me hizo sonreir: El imperio de las luces II. Por cuestiones de derechos de autor y blablabla no la pondré aquí, pero pueden visitarla acá.

Lo que más me fascinó del cuadró fue la manera de convertir un paisaje en una transgresión a la lógica. No hay más que mirar las cosas, insisto, desde otra perspectiva, pero desde el conocimiento previo. Un conocimiento básico: si es de día, no puede haber oscuridad. Otro: la pintura no es un reflejo fiel de la realidad. Otro: la gente tiende a pensar que lo es. Entonces: La gente se equivoca, y lo puedo demostrar. Ahhhh, Magritte...aaah, los símbolos...aaaah, la semiótica.

El mundo de las imágenes es cautivador. Es una lástima que mi talento para la pintura se acabe en pintar de blanco el techo de mi casa...

26 de mayo de 2010

Seis años

Si, fueron seis años siguiendo un programa de TV, hasta contraté cable para verlo...pero después fue tanta la ansia que TENÍA QUE descargarlo al otro día de su estreno en EU. No podía vivir un día más sin saber que pasaba...

Sí, si, mis amigos decían que era una perdida de tiempo, que al final todos iban a estar muertos, que estaban en el infierno, que era un sueño...y demás teorías que ya no recuerdo. La gente se sorprendía cuando, al preguntarme en que iba Lost yo les respondía que habían movido la isla y ahora viajaban en el tiempo.

Fue por allá de la tercer temporada en que leí un artículo divertidisimo sobre la tipología de los seguidores de Lost. Yo, obviamente, encajé siempre en mi papel de fanática. Incondicional. Yo les creí tooooodo. y qué me importa si me dejaron con dudas ¿qué? ¿A poco todos tenemos TODO resuelto en la vida real?

Me encantó el final, aunque evidentemente no fue lo que esperaba. En mi teoría, debía haber algún evento trascendental que colapsara el tiempo de la isla y que iniciara ese mundo alterno que inició en la 6ta temporada con el arribo a LA X. Pero no fue así. Ese mundo alterno ---OjO desde aquí spoilers en cualquier momento...o quizá no...todo depende de qué se me ocurra mientras escribo --- era un puente, un no lugar, una estación de paso hacia ese olvido permanente que es la muerte.

Que fumadez.Eso dicen todos aquellos que no fueron fanses de la serie nunca. Yo digo, qué mag-ní-fi-co. Lo que siempre tuvo en contra Lost fue haber sido un programa de TV, a la gente se le olvidó hace mucho tiempo que la TV es un formato inicialmente narrativo, sí, ya saben , cuenta relatos...historias...si saben a qué me refiero ¿no?

El punto al que quiero llegar es que siempre le hemos permitido libertad creativa a otras formas del relato, no nos enojó que Matrix hablara de una realidad virtual controlada por máquinas de la que se podía escapar tomando una píldora, y a nadie parece molestarle que en el Ramayana los dioses se encarnen en humanos con pasiones perversas, y qué más da si en GOWIII Kratos decide matar a todos los dioses del Olimpo para después suicidarse...pero !ah! la TV no debe hacerlo jamás.

Quizá eso fue lo que más me apasionó de Lost, la forma en que se permitió contar una historia en un formato en el que escasamente se había contado algo inteligente y diferente (digo escasamente porque supongo que algo habrá, pero no se me ocurre nada...por favor ilustrenme), se dio el chance de crear una mitología totalmente nueva. y como en toda mitología hay todos los huecos del mundo.

Disculpen ustedes la blasfemia y la comparación absurda, pero les ruego que alguien intente explicarme de manera absolutamente racional el hecho de que dios se encarne en un hostia...¿no?...bueno. Al final, evidentemente, Lost es una mera ficción, una suerte de novela de folletín en formato audiovisual. Y es un GRAN GRAN relato, un héroe, enfrentado a una circunstancia extraña, emprendiendo un viaje de descubrimiento, que al final lo lleva a una enseñanza...

Quizá debí advertir que este iba a ser un post largo...

En fin, prosigo.

¿Qué aprendí de Lost? Que una mochila, un par de tenis y una botella de agua son siempre los mejores compañeros de viaje...naaa, ya en serio, re aprendí que siempre estamos tomando decisiones con base en información nunca comprobable al 100%, que esas decisiones alteran el rumbo de nuestras vidas y que nunca sabremos si fueron las correctas, aprendí que la fe es algo difícil de explicar y controlar, que nunca conocerás del todo a tus amigos, que todos tenemos secretos, que siempre es necesario tener un plan y un aliado y sobre todo, que todos y cada uno de nosotros necesita una constante, alguien lo suficientemente importante como para darle sentido a lo que vivimos o a lo que dejamos de vivir.

Lloro.

Aquí, la lista de los once mejores momentos de la serie, según yo - y faltan mil -:

11. La sombra de Jacob en la cabaña.
10.La isla moviéndose...todo un clásico de Lost
9.Jack diciéndole a Kate que deben volver  a la isla, gran final de temporada
8.They come, they fight, they corrupt... --La estatua!!!!
7. Not Pennys Boat
6.Cuando logran echar a andar la camioneta de Dharma
5.La muerte de Sun y Jin, por fin juntos.
4.Live together or die alone
3.La muerte de Juliet y ver a Sawyer destrozado por eso
2. La secuencia inicial de la serie, después de que Jack abre su lindo ojito
1. La llamada de Desmond y Penny en The Constant, el mejor capítulo que he visto en televisión nunca en la vida. 

24 de mayo de 2010

Soy una fácil.

Y tengo corazón de condominio. Es tan fácil ganarse mi cariño, mi confianza y mi corazón...bastan a veces un par de gestos cariñosos, un abrazo, una plática íntima...

...y a veces basta con entrar por la ventana.

La historia es esta:

Mi gato tiene un gato. Corrección, mi vecino tiene un gato (eso de la concentrancia no se me da ultimamente, chales, ni porque lo leí antes de postearlo). Un pinche gato feo-horrible-horroroso. Es un gato persa gris. Es chato y peludo. A mi me gustan los gatos de pelo corto, los siameses son mis favoritos, aunque todo gato siamés que he conocido ha sido un desgraciado sociópata y termina por abandonar el hogar.

Siempre he querido un gato, y nunca he tenido uno (aquí, lagrimita de Remi y todos digan aaaah!!!). Principalmente porque a mi familia no le gustan los gatos y han preferido siempre siempre siempre  a los perros. Eso y que soy alérgica al pelo de mascota (cosa que a mi madre y a mi hermana no les importó, obligándome  a vivir diez años con un adorable cocker---de verdad es hermoso).

Bueno. Cuando mi mamá me anunció que se iba de la casa y que pretendía dejarme sin mascota sufrí mucho, pero también entendí que no tengo tiempo para atender a un animalito...apenas y puedo cuidarme yo, y eso a veces. Yo quería un gato, esa era mi oportunidad...pero las cosas no se han dado como yo esperaba y cada vez paso menos tiempo en mi casita, así que dejé la idea de lado...

Entonces sucedió la semana pasada que el pinche gato feo de mi vecino decidió adoptarme. Entró por la ventana en la madrugada y en una esquizofrenia propia de todas mis mascotas, cual perro, se puso a maullar al lado de mi cama. Lo sacamos por la ventana (Sergio y yo)...y volvió. Lo volvimos a sacar...y volvió. Rascó la puerta del baño, simple y sencillamente porque quería lavarse las patas en el agua de la cubeta.

A las seis de la mañana del otro día, sin respeto alguno por mis ojeras, el gato se apareció de nuevo. Se subió y puso su carita a unos centímetros de mi alérgica nariz mirándome fijamente hasta que desperté.

Del vecino, ni sus luces, había cerrado todas las ventanas dejando al pobre gato fuera de su casa para que se rascara con sus propias uñas. Y las propias uñas del gato me habían ido a rascar a mi. me dio ternurita y le di leche, que no se tomó, y atún, que no se comió.

Desde ese día el gato se ha vuelto parte del paisaje de mi hogar. Tiene su casa y va y come allá, pero todas las noches va a jugar un rato conmigo y todas las mañanas se acuesta a ronronear junto a mí.

Ni siquiera necesito decir que mi nariz está al borde de un ataque de nervios. Pero es que no puedo sacarlo. Me parte el corazón...¿cómo podría sacarlo cuando él fue mi única compañía la noche en que se fue la luz? Él me salvo del ataque de ansiedad que podía provocarme el hecho de estar sola, a oscuras y en silencio durante más de treinta minutos...

No sé como se llama, pero oficialmente para mí, su nombre es Gato. Con mayúscula.

Gaaatooooo.

13 de mayo de 2010

Camino

El martes vi la película española Camino de Javier Fesser. Me pareció una gran película.

Yo no soy nadie para decir si refleja o no la realidad del Opus Dei, y la verdad es que a mí es lo que menos me importa. Cada quién cree como puede o como quiere...y en lo que quiere o en lo que puede.

En otras ocasiones ya he hablado yo sobre mi relación con dios. No es el tema de este post.

El tema es siempre la fe.

Enfrentar la finitud de la vida no es algo que hagamos todos los días, la muerte nos aparece casi siempre como algo ocasional. Un magno evento. La muerte de un ser querido, la enfermedad de un ser querido, nos lleva a cuestionar el sentido de las cosas, la manera en que hemos vivido hasta ese momento. Rara vez hay respuestas para el aluvión de preguntas que la muerte cercana nos trae.

Cuando falleció mi abuela, hace ya casi once años, yo creí que mi mundo se derrumbaría. Y se derrumbó. Nada fue igual después de su partida. Yo cambié, mi familia cambió. Para mi el mundo es otro sin ella. Y fue otro cuando estuve junto a ella en su enfermedad, una enfermedad que fue corta, aunque a mi se me antojaba eterna. Seis meses fue lo que se tardó el cáncer en convertir a la mujer más alegre y escandalosa que yo he conocido en un cadáver enjuto que ya no reflejaba el brillo que ella representaba para nosotros.

Que difícil es creer en dios, la vida eterna y la felicidad en esos momentos.

Admiro a quienes tienen ese refugio. Sí, la fe debería ser un refugio, no un castigo.

En la mentada película (sí, sí, siempre doy mil vueltas) Camino tiene que enfrentar, a sus 13 años una enfermedad penosa y dolorosa que la deja postrada en una cama sin poder ver ni moverse. Su familia, perteneciente al Opus Dei, le pide ofrecer su sufrimiento y más allá de aceptar con entereza su destino, le piden agradecer su enfermedad como una prueba de la presencia de Jesús en sus vidas.

Y ella enfrenta esa enfermedad con entereza. Porque ella cree en Jesús.

Jesús es el niño al que le ha entregado su corazón.

Cada película, cuando es buena,  deja siempre al menos una frase resonando en mi cabeza. Esta vez fue la siguiente: "Hay que pedir por aquellos que no tienen fe en el amor"

Yo no creo en muchas cosas. Mi credo se ha refinado a lo largo de los años y me ha dejado pocas cosas a las cuales aferrarme. El amor es la más importante.

Dejémonos de bobadas, no hablo del amor romántico, de pareja. Hablo del amor de un padre a su hija, de la hermana pequeña a la hermana mayor, de un amigo por otro, de un artista a su trabajo...hay tantas formas de amor.

El amor, es al final lo que nos da una mano para sostener al final del camino. Lo que nos hace sonreir cuando creemos que ya todo está perdido. Una de las pocas vías a la felicidad.

Camino me recordó todo eso. Por eso, para mí, es una gran película. Y me encanta que sea ficción.

7 de mayo de 2010

RDJ

Tengo un crush con este hombre:



Por lo tanto, me abstendré de decir cuan divertida me pareció Iron Man II.

Disculpe las molestias que esto les ocasiona.

PD. Sólo para el record, vi Furia de Titanes y extrañé a la medusa de la original.
PD2. El concierto de Muse estuvo increíble!

This little town blues...

Me fui a New York...y regrese cuerda.

Cosa difícil considerando que me fui completamente sola. Casi una semana sin entablar una conversación cuya duración superara los 15 minutos. Pero no me deprimí. Eso ya es un gran avance para mí, después de eso dormir sola no será un problema...

Es que ustedes no lo saben, pero padezco de terror nocturno. No puedo dormir sin la tv prendida. Los ruidos normales de la ciudad, de la casa, incluso de la playa cuando viajo, me provocan sudoraciones y ataques de ansiedad...paredes que crujen, sirenas a lo lejos, voces apagadas por los muros de concreto, trastes que se acomodan de ultimo momento: los efectos de la gravedad y el tiempo. Soy muy sensible a eso. Prefiero las voces acompasadas y artificiales de la TV...

Pero ese es tema para otro post...si algún día me acuerdo.

Yo iba a hablar de mi viaje a NY.

Fui muy feliz, corrí en Central Park, desayuné bagels y café, comí cupcakes hasta casi llegar al coma diabético, visité 30 Rock, caminé como loca, fui a la zona cero, me visité todos los museos de mi lista. !Y hasta vi Wicked en Broadway!

Hubo dos momentos en que casi lloro: el primero de ellos en el Jardín Botánico de Brooklyn, frente al jardin japonés lleno de cerezos en flor. Siempre he querido tener un cerezo...aunque para eso quizá primero deba conseguirme una casa con jardín. Extrañé mucho a Sergio en ese momento. Fue entonces cuando me di cuenta de que lo necesito cuando me siento triste, pero lo necesito mucho más cuando me siento feliz. Hay que aceptarlo, para mí, la felicidad sin tener alguien al lado con quien compartirle pierde bastante de su brillo. Y esa compañía no puede ser cualquiera.

El otro momento en que casi lloro fue en el MoMa. Después de visitar la BRILLANTE, INSPIRADORA y DIVERTIDA exposición de Tim Burton comencé a recorrer el museo, a partir del 5to piso y hacia abajo como debe de ser. Y ahí estaba: La noche estrellada de Van Gogh. Mi segunda pintura favorita en todo el mundo, sólo después de El Grito de Munch, que no he tenido oportunidad de ver en vivo y a todo color.

La miré por largo rato, tratando de aprehender sus colores, texturas, volúmenes e imperfecciones. Una gran pintura. Hubiera querido que Sergio estuviera ahí, a él también le encanta.

Después miré hacia el otro lado del salón: Las señoritas de Avignon. Más adelante, La persistencia de la memoria...

Me sentí abrumada. Cuando era niña y no tenía amigos y no me dejaban salir ni a la esquina y no era lo suficientemente genial como para tener amigos imaginarios, leía y releía las enciclopedias y libros de mi casa.Hubo una época en que quise ser historiadora de arte. Siempre creí que ver esos cuadros en vivo era un sueño imposible. Pero en un periodo no mayor a doce meses, he visto pasar ante mis ojos aquello que alguna vez sólo creí posible ver , cuando mucho, en la pantalla de mi computadora: Van Gogh, Matisse, Dalí, Miró, incluso Lichtenstein (no le digan a nadie, pero soy su fan), de verda aún no me la creo.

Por primera vez en lo que va de mi nueva vida, me sentí conectada conmigo y con lo que he logrado. por primera vez en mucho tiempo caí en la cuenta de que en realidad toda mi vida tiene sentido porque YO se lo he dado. De una u otra forma estoy caminando hacia el lugar a donde quiero llegar, aunque nunca creí que estuviera caminando con un rumbo.

Sé que falta mucho más. Definitivamente quiero volver con Sergio a NY el próximo año. Quiero ir a Italia, aunque quizá no será tan pronto. Y quiero aprender a explotar el que ha aparecido como un talento al que no le he dado mucha atención. Ya después les contaré.

En mi lista de museos ya sólo me falta el Hermitage en Rusia y el de Historia Natural y el Tate en Londres. ¿Ya son menos no?

PD - Esta vez si sabré como usar el metro y prometo perderme menos de 3 veces...

13 de abril de 2010

Del fin de semana y otras cosas

El sábado fui al concierto de Franz Ferdinand. Los amé. En su anterior visita a México no pude verlos, ya no alcancé boletos. Pero está vez grité, canté y bailoteé de lo lindo. Disfruté mucho que cantaran The Fallen. Extrañé ver el concierto con Oscar.

Ese mismo sábado recibí mi nuevo cama, una cama grande y cómoda como la que siempre quise. Comienza a parecerme un poco bizarro esto de vivir sola. Lo que más más detesto de esta nueva faceta de ama de casa es tener que lavar los trastes en vez de ver televisión por las noches...y no es que antes no lavara los trastes, aclaro, pero es que en mi anterior oficina había dónde lavarlos y todo, ahora tengo que vivir con mis topers sucios hasta llegar a mi casa. Es un gran fastidio.

Pero mi camiiiita...es tan bonita, cómoda y azul...

Estoy un poco mareada con tanto cambio. Las cosas, poco a poco, parecen irse asentando. Inexplicablemente sigo sin sentirme completamente feliz. Me siento más bien abrumada.

Vi la película de El imaginario del Doctor Parnassus, me pregunto que habría ahí dentro si fuera mi imaginación la que lo dominara...

Necesito un break. Necesito un poco de distancia para poner las cosas en perspectiva y darle a todo su justa dimensión. y ya falta bien poco. Me marcho a Nueva York. Yo solita, lo cual me aterroriza sobremanera, nunca he viajado sola. Pero veré Wicked, y planeo visitar la exposición de Burton en el MoMa. Aún así no estoy brincando de alegría, yo quería compartirlo con él, era un viaje que a los dos nos ilusionaba, hasta que la bonita embajada gringa le negó su visa. Sólo iré porque ya tenía el boleto comprado.

Espero que todo termine por acomodarse. Me siento bastante perdida, un poco como los peces al final de Buscando a Nemo...ya llegamos al océano ¿y ahora qué?

Quiero un nuevo sueño. Pronto. Ya.

8 de abril de 2010

Al lado de nuestras lágrimas retenidas...

... de las hojas de papel que arrancamos de nuestros cuadernos con la esperanza de que nadie lea nuestros patéticos poemas, justo en el centro de nuestro estomago cuando sentimos que se encoge, en el mismo lugar en que se encuentra la comezón en la nariz que precede a las lágrimas derramadas, en el mismo sitio del que vienen las mariposas que revolotean en nuestro estomago.

Es ahí Where the wild things are.

Algunos le llaman corazón.

El lunes fui a verla. Sufrí cuando dijeron que no la iban a traer a México. Pero Warner se decidió, y con ello me hizo muy feliz. Sinceramente es una gran película, no del tipo que te deja pensando, es más bien un asalto a los sentimientos...también a los sentidos.

He perdido la cuenta de las veces que he escuchado frases aludiendo a la felicidad de la infancia. Para mí la infancia no fue un lugar feliz. La viví con temor y desconcierto, refugiándome en mis libros y mis historias inventadas. Bendita ficción. La soledad fue mi compañera, de una forma que no acabo nunca de describir a causa de la falta de palabras...

Spike Jonze lo lo logró. Y me hizo llorar en el camino.

Con actuaciones llenas de matices, rompiendo esa línea que nos pone de este lado de la adultez, llevándonos de la mano al lugar de las cosas ocultas, de las cosas salvajes. No hace falta ser un genio para darse cuenta de que todos guardamos polvo bajo el tapete, si saben a que me refiero.

He escuchado mil veces que estoy fuera de control. Mis sentimientos están siempre fuera de control. Pero no es mi culpa.

En el fondo, nunca dejaré de ser una niña, y de vez en vez vuelvo siempre a ese lugar en dónde se esconden las cosas salvajes.

PD - El soundtrack es también una maravilla!!_Jebuz bendiga a Karen O
PD2 - La semana pasada vi Precious, pero la verdad no tengo ganas de escribir al respecto.
PD3 - Salté de paracaídas por mi cumpleaños. Ha sido el mejor regalo de cumpleaños ever in the life...

5 de abril de 2010

A better version of me

- ¿Dónde he escuchado eso?


Eso fue lo que dijo mi novio mientras mirábamos un capítulo de los Simpsons.


En el mentado capítulo, Lisa descubre una pasión malsana hacia lo crucigramas y decide tomar parte en un concurso. Gana cada una de las etapas con una facilidad sorprendente, lo cuál hace muy feliz a Homero...quién ha apostado a su favor durante todo el torneo.Llega a la final. Entonces es cuando descubre lo que a Sergio le ha dado por llamar complejo de Lisa Simpson y del que me ha diagnosticado fácilmente. Lisa se alegra de haber llegado a la final, pero le aterra sabotear su éxito...porque eso es lo que ha hecho siempre. 


Tómala.


Gancho al higado. 


Esa misma semana uno de mis mejores amigos me dijo amargada....tssssss.

Y realmente, realmente, la amargosidad no es mi mood en estos momentos. Les vengo manejando el desconcierto, la confusión y la esperanza...pero nada más.

Han pasado tantas cosas, tan rápido, que no me ha dado tiempo de tener miedo. Mudanza de oficina, mudanza de trabajo (bueno, algo así) y , finalmente, la tan tan tan ansiada y necesitada experiencia de vivir sola.

Es como si todo lo que hubiera pedido estuviera aquí y envuelto para regalo.

Y salté de un paracaídas.

Y me doy cuenta de que no se lidiar con la felicidad.

Y me doy cuenta de que en realidad lo que sucede es que no quiero encariñarme con esta sensación de plenitud porque estoy esperando lo que incline la balanza. Lo malo.

Quizá si fuera un poquito más observadora, me daría cuenta de que, en realidad, lo malo ya pasó. Es esto, todo lo bueno, lo que ha venido a equilibrar mi balanza.

Y esto tendrá como efecto una mejor versión de mi.

Quizá nada ilustra mejor todo lo que traigo en la cabeza que esta canción de Fiona Apple:



The nickel dropped 
When I was on 
My way beyond 
The rubicon 
What did I do 

And the games that I could handle 
None are ones worth a candle 
What should I do 

I'm a frightened, fickle person 
Fighting, cryin', kickin', cursin' 
What should I do 

Oooh, after all the folding, rolling, hauling over cold stops 
What will I do 

Can't take a good day without a bad one 
Don't feel just to smile until I had one 
Where did I learn 

I make a fuss about a little thing 
Rhyme is losing to the riddling 
Where's the turn 

I don't want a home 
I grow when that home is 
Where my habits have a habitat 
Why give it term 

Oooh, after all the folding, rolling, hauling over cold stops 
What did I learn 

I am likely to miss the main event 
If I stop to cry and complain again 
So I will keep a deliberate pace 
Let the damn breeze dry my face 

Ooooh mister wait until you see 
What I'm gonna be 

I've got a plan, a demand and it just began 
And if you're right, you'll agree 

Here's coming a better version of me 
Here it comes a better version of me 
Here it comes a better version of me