3 de diciembre de 2014

Claramente

Claramente
No está todo calculado.
Las voces callan cuando llueve
Y tomas chocolate en una taza de colores,
Pero
Eso sucede sólo a veces;
Más probablemente si es martes,
si hace frio,
Y si estás mirando el techo
Fijamente.

Escuchas el latido
Imparable de la sangre contra tus sienes
Y el dolor crónico en la muñeca,
El hombro,
La pierna.
Hay dolores que nunca paran.

No sé si me duele el corazón
-el corazón es un músculo-.

Extraño la calma de las lágrimas,
La motivación del hambre,
El enojo que aprieta puños.
Pero no se me acaba la tristeza.

Quiero tirarme en el pasto.
En la arena.
En el asfalto.
Gozar sabiendo que no hay nadie
En kilómetros,
Estar en silencio.

-No te sientes en el pasto,
Ahí se hacen del baño los perros-.

Que ganas de sentir la lluvia
Y no tener miedo a mojarme.

Claramente,

No está todo calculado.

9 de enero de 2014

La simetría de los deseos

Éste es exactamente el problema del modo de vida occidental, dijo Ofir con voz calmosa. Nosotros nos marcamos objetivos y entonces nos transformamos en esclavos de nuestros objetivos. Nos esforzamos tanto en coseguirlos que ni nos damos cuenta de que mientras tanto van cambiando.
Bien, dijo Yaara.
Los hindues tienen, continuó, una expresión que utilizan muy a menudo: savkutz milga, que quiere decir 'todo es posible'. Primero, cuando lo decían, me enloquecía. Después comprendí que aquí la vida es así. Te levantas un día y hay un terrible monzón y, al cabo de unos instantes, el cielo es azul, sin una nube[...]
Me colapsé porque llegué al fondo del tonel. Y llegué al fondo del tonel porque me exprimieron del todo. Y me exprimieron del todo porque formaba parte de la estructura del poder que utiliza las palabras únicamente para vender[...]
¿Y cómo son esas cosas en Copenhague?¿O hay otras cosas molestas?
Pata-nay.
¿Pata qué?
Pata-nay. Puede que si, puede que no.¿Cómo puedo saber lo que pasa en Copenhague si no he estado allí.
La simetría de los deseos, Eshkol Nevo

La literatura y yo tuvimos un gran desencuentro en 2013, pero entonces llegó este libro a mis manos. El libro ideal para reenamorarme de las letras, el libro ideal para iniciar 2014, el libro ideal para iniciar la recta final hacia los 30 años. Esta es la clase de libro que me gustaría haber escrito. 

Cuatro amigos en Israel se reunen para ver el mundial de futbol. Durante la reunión deciden escribir, cada uno, tres deseos en un papel. Tres deseos que conservarán secretos hasta el próximo mundial, en el que esperan reunirse para abrirlos y ver cómo han ido las cosas en esos 4 años y ver qué tanto han avanzado o no en el cumplimiento de esos deseos. Esos 4 años, son los años de yeso -señala un personaje-, los años en que se consolida y cristaliza el carácter de las personas. En el próximo mundial tendrán treinta y dos.

Ésta es una historia de amor. De entrega y renuncia. De vocación. Pero es, sobre todo, una mirada íntima al papel de la amistad en la vida de las personas. A esa relación mezcla de arbitrariedad y fe que es la amistad. A ese tronco que nos mantiene a flote aún en este mundo un poco enfermo  triste.

Es también una mirada, un poco cínica, al papel de la verdad en nuestras vidas. Al mucho peso que le damos, a lo lejos que estamos siempre de ella.

Un libro, básicamente, sobre esta segunda adolescencia que es la crisis de los treinta. A esta edad en que cada vez nos preguntamos más para respondernos menos, en la que hay tanto pasado, pero también tanto futuro. En la que todo es posible. 

A la oportunidad de reescribir nuestros deseos. O de que la vida los reescriba por nosotros.

Todavía, quizás, hay tiempo.