25 de noviembre de 2011

14 días después

En la correcta perspectiva mi boda no fue perfecta. Yo tengo el gran defecto de ser siempre más crítica conmigo que con nadie más, así que a mis ojos la boda no fue perfecta. Y tampoco tenía porque serlo. Ya pasaron dos semanas. Tengo dos semanas de casada.

Aún odio que me digan señora.
Aún me gusta ir a conciertos.
Aún no me mudo.
Aún le digo novio a Sergio.
Aún me gusta ir al cine con él.
Aún me gusta salir con  mis amigos.

- No soy una señoooraaaa- (canten conmigo)

Pero volviendo a la boda.

Sigo reponiéndome de la resaca emocional de todo lo que implicó. Por un lado, mi felicidad enorme e indescriptible. La simpatía y cosquillita en la panza que sentí cuando Sergio se equivocó en el speech de la iglesia a causa de tanto nervio (tan él, siempre), la risa que me dio después de eso y mientras intentaba decir el mio; el nervio de no poder ponerle el anillo...porque estaba poniéndoselo en la mano equivocada, la alegría de ver a la gran mayoría de mis amigos reunidos; la inmensa satisfacción de saber que su familia me recibió con los brazos abiertos y una sonrisa en el rostro...la alegría.

Sin embargo, todo tiene sus lados oscuros, y más allá de los detalles técnicos (el sonido alto o que apagaran las luces a destiempo o que hubiera personas que no pudieron llegar), había en mi interior un hueco grande, el hueco que dejó la familia que decidió no acompañarme.

Y a eso aunado el hecho de que mis papás se fueron temprano de la fiesta dejándome huérfana y abandonada...

Total. Terminé el día hecha un mar de lágrimas entre cajas y regalos.

Nunca podré entender que no hayan estado conmigo. Sólo una abuela me queda y no me acompañó (lo cuál habría sido comprensible si ella estuviera enferma o muy grande como para moverse, pero no es el caso). Mi otra abuela desde el cielo seguro envidiaría esa posibilidad...

El punto es que los último par de meses me sentí bastante vulnerable y desprotegida. Y encima de todo una amiga me reclamó el otro día que no estuviera al tanto de sus últimas aventuras "claro, era comprensible, en el último mes toda la atención era para tí".

No fue así. Ojalá.

El último mes antes de mi boda trabajé como enferma hasta altas horas en la oficina. Los fines de semana ultimando (a medias) detalles de la fiesta...la semana anterior que pedí de vacaciones apenas y me dio tiempo de arreglar un par de cosas muy urgentes...un desastre, pa pronto.

Pero no cambiaría por nada, por nada en el mundo el momento mágico de bailar por primera vez con Sergio como marido y mujer. Todo lo que yo diga va a sonar la cosa más terriblemente cursi del mundo así que me lo ahorro. No hay nada que se le compare a abrazarnos fuerte al sonido de nuestra canción sabiendo que es el inicio de algo grande...

Y las lágrimas de emoción de las amigas. Y la sonrisa complice de los amigos. Y los buenos deseos, los abrazos, los consejos... con eso es con lo que quiero quedarme. Ya no quiero tristezas ni abandonos. Mi familia estaba conmigo, porque a lo largo de los años, esas caras que vi cuando llegamos a la fiesta, son las caras que me han visto reir, llorar, mentar madres...son sus abrazos los que me han reconfortado en momentos difíciles y son sus bromas electrónicas las que me han liberado del terrible estrés godinez...y no pongo títulos porque esa gran masa está compuesta por personas con las que comparto sangre, pero también con mi nueva familia política, con mis viejos amigos (unos más antiguos que otros), con mis nuevos amigos, con toda la gente bonita que quiso y  estar con  nosotros en un día tan especial (hubo unos cuantos faltantes por causa de fuerza mayor -real-, pero estaban en su mayoría)...


Así que no, no fue una boda perfecta, lo que si fue perfecto fue que al final del pasillo me esperaba la única persona incondicional que conozco en mi vida, mi Constante; y que a los lados de ese pasillo sólo había sonrisas y mucho amor.

Fue más emotivo que el final de Lost. Y eso es mucho decir...




PD. Maldita fisiología que hizo que el estrés se cobrara la factura con este gripón del infierno.
PD2. Organizar una boda: un chingo de dinero, Liga: 200 peses, que al aventarla se la saque el novio de tu amigo gay...no tiene precio. El momento chusco de la noche, jajaja.

19 de noviembre de 2011

Perros.Mudanzas.Ángeles guardianes.

Mi luna de miel terminó cuando al llegar a casa me encontré con que mi fiel compañero falleció después de once años. Mi querido perro. El más hermoso cocker del mundo mundial. Mi puchi.
Puchi llegó a mi casa un mes después de que falleció mi abuelita. Todos cargábamos una tristeza imposible de cuantificar, a mis hermanos y a mi la pérdida de su presencia nos dejó huérfanos, todos andábamos por inercia en unas vidas que parecían ya no ser las nuestras...
Mis papás siempre se habían negado a tener mascotas, pero algo en el corazón de mi mamá le hizo querer darle a mi hermana un compañero en esos momento difíciles. Yo no quería un perro, yo no quería tener que aprender a querer a alguien más y sufrir con alguien más. Es por tu hermana, dijo mi mamá, y con eso derribó todas mis objeciones.
Un vecino de mi tia tenía una cocker que había tenido una camada y quería dárselos a gente cercana que los cuidar y los quisiera. Fuimos mi mamá, mi hermana y yo a elegir. Mi mamá quería una hembra. Pero en cuanto vi los ojos oscuros de aquel perrito juguetón que nos meneaba la cola, me enamoré.
El nombre lo eligió mi hermana, mientras caminábamos a la casa. Yo lo sostenía en una mano y lo cubría con la otra. Tan pequeño era.
Había que darle leche en una mamila y cubrirlo con una manta para que no pasara frío. Las primeras noches las pasó dormido en mi almohada, de dónde cayó al piso en la 2da noche. Siempre bromeamos diciendo que ese golpe le había provocado un severo retraso que lo convirtió en un eterno cachorro que azotaba contra las paredes cundo corría y que siempre tenía una sonrisa y una mirada de curiosidad.
Le gustaba participar de las conversaciones familiares en la sobremesa, se sentaba junto a nosotros y volteaba a mirar a cualquiera que tuviera la palabra.Le asustaban los gatos, siempre quiso ser amigo de los perros grandes, su comida favorita eran los hotcakes con cajeta, cuando estaba en la universidad se sentaba a mi lado hasta que acababa mis tareas, sin importar la hora que fuera...era el perro más lindo y más fiel....

Hoy que no está, y que eso coincide con mi inminente mudanza hacia una vida diferente, hacia una familia diferente, no puedo dejar de pensar que una etapa de mi vida está terminando...

Decía yo un poco en serio, un poco en broma cuando me enteré de la noticia, que él había querido entregarme en buenas manos. Se fue justo dos días después de mi boda. Se que probablemente lo que estoy a punto de escribir es el mayor sinsentido del mundo, pero siento en el fondo de mi alma que un poco de mi abuelita nos acompañó estos once años a través de los ojos de ese perrito cariñoso.

Mi abuelita fue y ha sido siempre mi ángel guardián, mi hada madrina, cuando ella se fue, el cariño de nuestra mascota nos mantuvo a mis hermanos y a mí a salvo de la amargura de un matrimonio disfuncional que estaba llegando a su fin. Mi perrito cumplió su misión y hoy le toca a otro ángel ayudarme  a velar por mi misma, que bastante trabajo me cuesta. Hoy tengo alguien más con quien compartir mis penas, alguien más que enjuga mis lágrimas, alguien más que me escucha atentamente y está a mi lado en las madrugadas...

Mi abuela puso en mi camino al mejor para cumplir con la misión. Creo que puede estar tranquila.

10 de noviembre de 2011

10 de noviembre. 01:25 am. Yo estoy despierta con Los Simpson en el background. El sonido de las voces de los amarillos personajes hace que todo tenga un cierto aire de realidad. (Intenté explicar el por qué de la aseveración y borré la línea 3 veces...es más una sensación que un pensamiento. Desistí)

Tratar de explicar como me siento llevaría a una serie de malentendidos de todas las especies. Ha en mi pecho una ebullición de sentimientos que se han acumulado a lo largo de este 2011. Aún no acaba y yo ya siento que 2011 trajo a mi vida una serie de eventos que han tenido, de una u otra forma, la sensación de estar en una montaña rusa que no se a donde irá a parar.

Para empezar, ha crecido en mí un descontento con el estado actual de mi vida laboral que es difícil de poner en palabras. Por otro lado, en mi vida sentimental, no puedo imaginar mayor plenitud que la que estoy concretando esta semana.

El viernes firmé el acta de matrimonio que me convierte oficialmente y para cualquier efecto legal en una mujer casada. Bueno, creo que eso fue lo que dijo el juez, porque la verdad yo sólo escuché un blablabla incesante durante los 15 minutos que duró la ceremonia. Creo que escuché las palabras matrimonio, igualdad, contribución, libertad e hijos en el discruso...quizá fue sólo mi imaginación. Eso sí, firmé y puse mi huella en una hojita que, según entiendo, tiene validez legal. Algo así.

Aún no salgo de mi shock. Estoy como pasmada.

Aún no hay mudanza. Seguimos viviendo como hasta ahora, cada quien en su casita. No me cae el veinte.

Pero este viernes...11-11-11

11-11-11
11-11-11
11-11-11
11-11-11

Me casaré, vestida de blanco, ante un altar...

No soy particularmente religiosa, y Sergio tampoco, y quizá sea por eso que nuestros respectivos padres no nos creyeron cuando les dijimos que nos casaríamos por la iglesia...

...y que conste que no lo hago por el vestido. Es simplemente que para mí es importante sacralizar esta unión. Nos tomó más de ocho años asumirnos cada uno como parte de la vida del otro. Yo creo que eso merece REALMENTE darle el peso simbólico. Generar la memoria poética. Convertirlo en un momento digno de una historia.

Y sí, creo en un algo superior...y a falta de una certeza de qué es, quién es, dónde está o si siquiera le importamos, quiero poner mi fe en algún lugar. Quiero que ese algo, alguien, whatever forme parte de esto, de ésta, mi nueva familia, la pequeña Ohana que Sergio y yo hemos decidido no sólo formar, sino también reconocer ante las personas que han estado siempre en con nosotros.

Y este es sólo el primero de muchos pasos que van a cambiar mi vida...porque hoy en mi pecho hay un cúmulo de energía, de pulsión de vida que me quiere llevar a otros lugares, a otras metas...

Encontré esto el otro día en la red...y me dí cuenta que he cubierto el primer punto:) pero aún faltan muuuuchos por trabajar.

La buena noticia: Estoy viva. Tengo que creérmela. Yo puedo ser feliz =)




4 de noviembre de 2011

En mi último día como soltera

No puedo creer que mañana voy a ser tu esposa.

En estos ocho años he aprendido a verte, no se bien desde cuando, como mi familia. Mañana, formal y legalmente, iniciaremos una.

No ha sido fácil, y hubo momentos a lo largo de nuestra relación en que dudé seriamente, preguntándome si valía la pena. Ambos, de una u otra forma nos lastimamos. Lo hermoso de esto es que ambos aprendimos, y que decidimos cambiar. En un mundo violento en el que conocer las debilidades del otro confiere un poder que se explota siempre, tú y yo aprendimos a no jugar con eso y a cuidarnos las espaldas, juntos.

Hace ya muchos años, cuando tuvimos nuestra primer pelea seria, tú me dijiste que no podías dejar que entrara en tu mundo. Argumentabas que no eras esa clase de persona, y que lo sentías mucho. Hoy miro atrás y me doy cuenta de que no sólo me dejaste entrar, sino que creaste un mundo entero, nuevo, para mí.

Creo que hoy entre nosotros ya no queda nada que perdonar, y es sólo por eso que podemos embarcarnos en esta aventura con los brazos abiertos.

Mi amor por ti es más grande que nunca. Ya no puedo esperar. Mañana para esta hora seré, finalmente, tu esposa.

Gracias por regalarme el inicio de un nuevo capítulo.