29 de mayo de 2012

Rose is a rose is a rose is a rose.

Ayer me dí cuenta de que el mundo se ha vuelto muy literal para mi gusto. De que yo me he vuelto muy literal.

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Cerrar los ojos y soñar. Dejar que las cosas vuelen y elijan su nombre en libertad. La magia de las metáforas que caen una sobre otra, construyendo puentes entre los hombres y las mujeres, puentes misteriosos cuyo destino no conocemos al construirlos ni reconocemos cuando los cruzamos. Nada es literal.

Despertar un día y sentir que una mano es una mano es una mano, y no es ni será para otro la madre de las caricias, de todas las caricias. Voltear al espejo y darse cuenta de que un ojo es un ojo es un ojo y que sin importar los colores que lo adornen o los trazos líquidos que intenten cambiar su forma, seguirá siendo un ojo. No un espejo, de ningún alma, de nada...

Mirar hacia abajo y descubrir un pie (es un pie es un pie) que pisa una calle que conduce únicamente a la esquina, a su cruce con otra calle (es una calle es una calle). En un mundo en el que lo único trazado son estos pasadizos para autos que conducen vidas de un momento al siguiente. Y mirar al cielo (es el cielo es el cielo), en una noche sin luna, y encontrarse con las estrellas (son las estrellas son las estrellas). Masas incandescentes que no nos miran. Luces de algo que puede ya estar muerto. Memoria de algo que existió. No me dicen nada, no hay ninguna figura, no iluminan ningún destino. Todo es literal.

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Busco en mi memoria las palabras en fuga,las palabras amantes que copularon antes con los objetos. Trato de encontrar bajo mi piel la tinta desperdiciada y las lágrimas que significaban. Quiero el peso del mundo de vuelta. Quiero el arcoiris entre los dedos.


Dónde sea que hay quedado ese lugar mágico en que una rosa es una boca es un misterio, ahí es a donde quiero llegar. Y después, quemar las naves.

La entrada cuesta la razón.

PD Gracias a Gertrude Stein por las palabras del título (http://www.lettersofnote.com/p/sacred-emily-by-gertrude-stein.html )

11 de mayo de 2012

The Avengers

Sí, ya cómo para qué escribir. ¿Qué se puede decir de una película de la que tooodo el mundo ya tiene una opinión formada?Ay, pero no puedo evitarlo.

Llevaba ya un tiempo emocionada con la película. Y un día mi jefe llegó a decirme: vamos a trabajar en la estrategia para el lanzamiento de The Avengers. Casi grito de la emoción.

1. Era The Avengers
2. Era The Avengers
3. The Avengers!!!

Creo que pocas películas me han generado esta clase de expectativa. Compramos los boletos para el estreno con una semana de anticipación y ya en la sala reí, grite y hasta aplaudí.

De eso se trata el cine. De eso se tratan las historias. Da igual si la trama es previsible o no, si te contaron todo en el segundo trailer, de si es fiel o no al universo Marvel...en verdad da igual. Nadie puede quedar impasible cuando Hulk aparece en la pantalla. Nadie puede ser indiferente al ácido encanto de Tony Stark. Me pregunto si hay alguna mujer (UNA sola) que no quisiera darse enterito a Chris Hemsworth (por favor, fórmense después de mi, yo llegué primero).

Cuando trabajas en la industria de la comunicación, este tipo de fenómenos te inspiran. Te recuerdan la raíz de todo lo humano: la imaginación, la emoción, la pasión. Que bonito es comunicar.

Día de madres

Odio los días en que tengo que fingir. Sonreir aunque por dentro esté quebrada. Iluminar el rostro para no preocupar a la persona amada. ¿Cómo fallarle a mi mamá? ¿Cómo decirle que las fuerzas no alcanzan para sostenerme? ¿Cómo le explico que por más que intento aún no logro sacudirme el terrible dolor del rompimiento familiar?

Estoy rota. Estoy rota porque creía que el divorcio de mis padres no iba a ser capaz de romper los lazos de amor que me unían con la familia de mi papá. Con mi familia, pues. Y no fue así. Una gran brecha se abrió y se hizo grande y profunda y llena de veneno. Y hoy no puedo verlos, no puedo porque me duelen. Me duelen las falsedades, las críticas infundadas a mi mamá, me duele su indiferencia y su frialdad. Indiferencia que hizo que no fueran a mi boda y que practicamente tiró por la ventana la felicidad que quería compartir con ellos ese día.

Hoy me duele más. El 10 de mayo lo pasabamos siempre con mi abuela, en medio de risas, tragos y baile. Hoy no pude ni llamarla. Para decirle qué. Para mi, es como si se hubieran mudado a otra galaxia desde la cuál mandan mensajes cifrados a través de facebook.

Perdonarles qué. No hay perdón. No hay olvido. Simplemente no es posible reparar un globo que se ha tronado, ¿cómo meterle aire de nuevo?

Me duele la familia que perdí. Y me duele también que la familia que gané esté sufriendo ahora. No entiendo, no entiendo porqué la gente buena debe sufrir. Nunca lo entenderé.

Me duele también que mi otra abuela no esté, que en días como hoy sus ojos no puedan mirarme. Adivinar a través de mi sonrisa que algo no está bien y repararlo con un beso y un café.

Ojalá todo se resolviera con música, un beso y un café. ¿Qué podrá detener esta tristeza?

9 de mayo de 2012

Hacer lo correcto

Eso es lo que me enseñaron desde niña. Para avanzar, hay que hacer lo correcto.

Lo cierto es que los años han pasado y me doy cuenta que lo correcto como categoría es como un  muñeco de agua que se escapa de mis manos. Lo correcto. ¿Para quién? ¿cuándo? ¿para qué?

Hay días en que quisiera ceder. Ceder a la necesidad de caos que ha pulsado en mi, siempre, desde el inicio de los tiempos. De mis tiempos. Dejar fluir todo, dejar correr todo. Decir adiós a todo. Aceptar, en verdad, desde la entraña, que la gente se va, el tiempo pasa, todo se acaba.

Abrazar los adioses. No intentar detener nada. Si miro en el fondo de mis ojos encuentro aún esa furia, esa pasión que un día era yo. Que fui yo. Un día. Hoy soy una persona templada, en todas las acepciones de la palabra, pero sé que soy una equilibrista, luchando siempre contra esos extremos que han estado siempre y que se han alimentado el uno del otro. Día tras día tras día...

Hoy no sé. No sé que es lo correcto y la verdad no me interesa saberlo. Me he aferrado a la necesidad de una respuesta sin entender las preguntas primero.

No sé nada. O más bien, estoy segura de que todo lo que sé, está equivocado.

Quizá sí, la vida sea un ensayo para la nada.

1 de mayo de 2012

Las lunas de miel se terminan

Últimamente estoy de mal humor prácticamente todo el tiempo. Me enojo por bobadas. Grito y lanzo el sombrero a la primera provocación. Nadie dijo que adaptarse al matrimonio fuera cosa fácil. 
Con últimamente me refiero al último par de semanas. Creo que apenas, después de mudanza, vacaciones, fines de semanas dedicados a acomodar...por fin ahora, surgen los roces. 

Son roces bobos, pero roces al fin y al cabo. 

Y es que hay cosas que no cambian y que probablemente no van a cambiar:

1) su adicción a los videojuegos + mi necesidad compulsiva por salir. No son compatibles. Punto. Yo necesito la suave calidez del sol sobre mi piel mientras el aire juguete con mi cabello...él es más feliz con la titilante luz provocada por una pantalla de plasma que muestra imágenes de sangre y destrucción. Pfff. 

2) La propiedad de la cámara. Pues sí, tomar fotos es de mis actividades favoritas. Mi cámara. Mis fotos. Nooo, la fotografía no es colectiva. De hecho, pocas cosas tan íntimas como una fotografía. Y ahora, debo compartir mi cámara, mis fotos, que él sube a su perfil como si nada. No señor, si no es berrinche, es necesidad. No puedo renunciar a uno de los pocos hobbies personales que me quedan. Exijo la propiedad sobre las fotos. 

4) El horario. Él es una gallinita madrugadora y yo un murciélago trasnochado. Pfff. Que si no puedo leer en el cuarto porque la luz le molesta, que si no puede dormir con ruido, que si hace mucho calor...ahhhhh yo sólo quiero desvelarme!! No hay horario más productivo (creativamente hablando) que el de las dos de la mañana, y ahora, si quiero utilizarlo soy relegada tristemente al sofá. 

5) La comida. Dios! es que puede ser alguien tan quisquilloso? No le gusta el agua de horchata, ni el mole, ni el arroz con leche. Los ostiones lo intoxican, y no come pan de dulce. Pero si son mis cosas favoritas!!

En fin, que no es que me viniera yo a enterar de todo esto tras la boda. No señor, yo ya lo sabía y a sabiendas de que todas las anteriores causales de divorcio convivían en el mismo hombre, lo acepté como esposo. Mea culpa

Pero así y todo, nos la pasamos genial. La verdad, sólo lo soporto porque le gusta Game of Thrones. Eso y pasear en bicicleta. Ah, y porque le gusta ir al cine conmigo. Y porque me prepara el desayuno los fines de semana. Mmm, sí, y porque a veces ve Emergencias Bizarras aunque lo deteste. Y porque subió mis cajas de libros por 6 pisos de escaleras. Y porque le ayudó a mi hermana a estudiar para su final de geometría analítica. Y porque me trae flores y me abraza cuando me siento mal. Y me compra mi yogurt con cereales que le parece asqueroso. Yme lleva a comer aguachile cuando estoy de antojo. Y a veces, cuando no está jugando videojuegos, me pone más atención de la que nunca nadie me haya puesto. 

Pero que quede claro. Sólo por eso lo aguanto.