7 de febrero de 2008

Decisiones y cicatrices.

Somos un tatuaje en la piel del mundo. Una cicatriz arrancada a la vida.

Hoy venía rumbo a la oficina como casi diario y, como casi diario, tomé un camión. Normalmente tomo el que sube al Km 13 o a Palmas, pero como era ya un poco tarde decidí tomar un Auditorio aunque eso significara caminar más (vaya que me hace falta).

Antes de que una cuadra hubiera transcurrido, un camión Km 13 nos arrebasó, iba raudo y veloz y pronto dejé de verlo, estaba demasiado lejos...delante de nosotros.

Total que sufrí. Me dije a mi misma: 'mi misma, si hubieras esperado un minuto más habrías podido subir a ese camión, que además iba casi vacio, y llegar antes a la oficina'. Decisiones.

No hay manera de saber a donde nos llevan las decisiones que tomamos diariamente en nuestra vida. Cómo saber si debemos esperar, o seguir, o pensar un poco más. Historia y azar, los componentes de nuestros destinos.

Eso me llevó a pensar en que nuestras decisiones pueden no ser las más favorables, incluso cuando nosotros pensamos que lo son (yo tomé el primer camión pensando que así llegaría más temprano).

Es más, hay veces que lo que decidimos nos lleva a tener cicatrices. En el cuerpo, en el alma. Andar en bicicleta sin protección: una decisión. Bajar las escaleras sin sostenerse del barandal: otra decisión. Pelear a golpes, hacerse un piercing, un tatuaje, entregar el corazón, enamorarse, dar todo en una amistad, responder algo que no sentimos, quedarnos callados, no reclamar.....

Y eso me llevó a un tema mucho más trivial.

Tengo cuatro cicatrices en mi cuerpo que para mí representan mucho de lo que soy y de lo que he vivido.

Las dos primeras, son la marca de dos operaciones que tuve antes de los seis años (mismas que no mostraré para mantener un poco de pudor) . A los cuatro años descubrieron que tenía una hernia inguinal y tuvieron que operarla, cuando tenía cinco descubrieron que tenía una más del otro lado. Ambas operaciones se convirtieron en finísimas líneas en mi bajo vientre, una "flecha" que indica el camino a mi sexualidad. Bueno, eso dice mi novio.

Una más la tengo debajo de la ceja izquierda. Fruto de un borrachazo de cuando tenía yo 18 años. Motivo de burla eterna por mis compañeros de la prepa y culpa de los horribles armazones de metal que usaba en aquel entonces.


La última es una que tengo en el ombligo. Hace como dos años fui a Acapulc en un viaje inolvidable con unas amigas de mi novio y los amigos de una de ellas. me la pasé increible y fabulosó. Los Six Packs (los amigos de la amiga) incluso le pudieron mi nombre a la banda por una noche (sí, ellos tienen una banda).

El caso del asunto es que la última mañana que pasamos allí, mi novio "me convenció" de hacerme un piercing. Yo soy muy mona y muy decente (claro) y aunque tenía muchas ganas de hacerlo, la verdad es que me daba un poco de "miedo". No es el tipo de cosas que suelo hacer, ni mucho menos lo que esperaría alguien de mí, pero al final me decidí y me lo hice.

Estaba tan padre mi pieza morada. Yo feliz.

Pero nadie me advirtió que la cosa esa no soportaba la fricción continua. Así que, a un mes de habermelo hecho, y después de una sesión de sexo maratónica (ay dios, que van a pensar de mí), mi piercing se cayó, simplemente atravesó la delgada piel que lo sostenía y fue a dar al piso.

No me dolió, ni mucho menos, pero desde ese día tengo una cicatriz justo arriba del ombligo que me recuerda que, en el fondo, muy en el fondo, soy una impulsiva-lujuriosa.





La verdad es que no me arrepiento, pero nunca más me haré un piercing...o un tatuaje.

Aún me da risa cuando pienso en la razón de esa cicatriz. Pero la quiero, se ha vuelto parte de mi.

Pienso, en el fondo, que las cicatrices nos cuentan mucho de las personas, de lo que han decidido en algún momento crítico de su vida (¿levanto las manos?, ¿hacia que lado giro?, ¿he de caminar por aquí?), generalmente en fracciones de segundo.

Pequeños tatuajes involuntarios que nos demuestran que el tiempo pasa. Que estamos vivos.

¿Cuáles son sus cicatrices?

9 comentarios:

  1. Hola gracias por tu visita y en verdad es como ustedes dicen: una lata saluditos....

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  2. Hola Irais! oye muy bueno tu post! me hizo pensar en 3 cosas:

    a) La película Sliding doors, de cómo llegar un segundo antes o después puede determinar ciertas cosas no tan triviales de nuestras vidas. Eso nos hace pensar un poco en el destino, el azar y la capacidad/incapacidad que tenemos para cambiarlo...

    b) Un maestro de la carrera una vez nos pidió que en un papel rotafolio dibujemos nuestro cuerpo y hagamos una especie de mapa de cicatrices, y es así como tú dices, las huellas de nuestros sentimientos, errores y decisiones quedan tanto en nuestro cuerpo como en nuestra mente y finalmente son parte de lo que hoy somos, lo que construimos y lo que queramos recordar y aprovechar de ello.

    c) Uno de mis temas favoritos, el libre albedrío, o como decía Sartre la condena a elegir, como seres humanos estamos obligados a elegir constantemente, hasta no elegir es una elección..eso me resulta fascinante.

    Me dio risa la forma en que perdiste tu piercing por golosa jaja
    saludotes!!!
    Noelle

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  3. yo soy libra también y, a pesar de todas mis cicatrices corporales, creo que las del alma son las que más marcan, sobre todo cuando son fruto de una decisión o indecisión (típico de libra)y después uno se lamenta, por ejemplo, el no haberle dicho algo a una niña en forma oportuna...pero bueno...son las cosas de este maldito signo.
    buen blog

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  4. Anónimo5:25 p.m.

    Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

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  5. Tatuajes involuntarios...

    Vaya...pues tengo uno que ni siquiera me hice yo, sino un chico que me arrebató una libreta y en la mano el menso traía una pluma, la tengo juntitito del ojo, un poco más y me lo saca el muy &%%&$##.

    Me encantó tu post amiga...muy tú!!

    Disculpa la ausencia pero ando como loca-loquita de veras!! Ahora cada que escucho a Café Tacuba te recuerdo horrores!!!

    Te dejo un abrazo gigante, gigante!!!

    Cariños ;)

    Cyn

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  6. Alguien dijo: "La madurez no se refleja en el tomar decisiones acertadas, sino en vivir con las ya tomadas aun y cuando no sean acertadas".
    Me ha ocurrido que, por esperar una mejor opción (como el caso del transporte público, siempre elijo el autobús más lento), muchas buenas oportunidades pasan frente a mí y al final nunca llega lo que tanto aguardé... ¡changos!
    Ni modo, así es la vida: de perros sin tortas y ensayos con su respectivo error.
    Saludos.

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  7. Yo tengo una pequeña cicatriz en la boca producto de una increíble historia de mi niñez en la que el cable de la televisión llegó a mi boca cuando estaba encendida. Ya contaré esta experiencia en algún post futuro.
    Saludos !!

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  8. Fijate... la última cicatriz me la hice en el mes de junio, porque llevaba mucha prisa y dejé que la perra de mi tía se escapara...

    Entonces un automóvil la atropelló y yo corrí a levantarla. La perra, que aún no entendía bien que había pasado, me mordió fuertemente en el labio.

    Allá iba yo, con mi perra sangrante... Bueno, el veterinario me dijo que la sangre era mía y que la perra estaba perfecta.

    Lo cual me enseñó que:

    A) No es bueno salir de forma apresurada de casa

    B) Hay que tener cuidado con los perros, porque actúan por instinto.

    C) El veterinario es muy guapo...

    D.

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  9. Anónimo12:20 p.m.

    www.clinicadelacicatriz.com

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Lo que quedó: