29 de mayo de 2012

Rose is a rose is a rose is a rose.

Ayer me dí cuenta de que el mundo se ha vuelto muy literal para mi gusto. De que yo me he vuelto muy literal.

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Cerrar los ojos y soñar. Dejar que las cosas vuelen y elijan su nombre en libertad. La magia de las metáforas que caen una sobre otra, construyendo puentes entre los hombres y las mujeres, puentes misteriosos cuyo destino no conocemos al construirlos ni reconocemos cuando los cruzamos. Nada es literal.

Despertar un día y sentir que una mano es una mano es una mano, y no es ni será para otro la madre de las caricias, de todas las caricias. Voltear al espejo y darse cuenta de que un ojo es un ojo es un ojo y que sin importar los colores que lo adornen o los trazos líquidos que intenten cambiar su forma, seguirá siendo un ojo. No un espejo, de ningún alma, de nada...

Mirar hacia abajo y descubrir un pie (es un pie es un pie) que pisa una calle que conduce únicamente a la esquina, a su cruce con otra calle (es una calle es una calle). En un mundo en el que lo único trazado son estos pasadizos para autos que conducen vidas de un momento al siguiente. Y mirar al cielo (es el cielo es el cielo), en una noche sin luna, y encontrarse con las estrellas (son las estrellas son las estrellas). Masas incandescentes que no nos miran. Luces de algo que puede ya estar muerto. Memoria de algo que existió. No me dicen nada, no hay ninguna figura, no iluminan ningún destino. Todo es literal.

***


Busco en mi memoria las palabras en fuga,las palabras amantes que copularon antes con los objetos. Trato de encontrar bajo mi piel la tinta desperdiciada y las lágrimas que significaban. Quiero el peso del mundo de vuelta. Quiero el arcoiris entre los dedos.


Dónde sea que hay quedado ese lugar mágico en que una rosa es una boca es un misterio, ahí es a donde quiero llegar. Y después, quemar las naves.

La entrada cuesta la razón.

PD Gracias a Gertrude Stein por las palabras del título (http://www.lettersofnote.com/p/sacred-emily-by-gertrude-stein.html )

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