26 de agosto de 2010

Mi capilla personal.

Esta nota  sobre los mineros chilenos me puso a pensar en aquello que me llevaría conmigo a compartir la oscuridad de vivir a 700 metros bajo tierra. Suena quizá a mi peor pesadilla, un reto total a mi claustrofobia y mi miedo a la oscuridad. Arual me decía  - más bien me escribía- que el amor a la vida es lo que te ayudaba a seguir en esas circunstancias.

Me imagino que sí, me imagino que el amor a tu vida pasada y a la idea de tu vida futura es lo que te mantiene en pie hasta en las peores circunstancias. Pero debe haber un símbolo que te recuerde que estás vivo, y que incluso ahí en el no-mundo, eres un ser humano.

Creas en lo que creas, toda creencia puede ser asimilada a un símbolo. Así de simples y de complejos somos.

¿Qué me llevaría yo, qué que hiciera esa oscuridad y ese olvido menos aterrador?

Me llevaría aquel anillo de plata que me regaló mi abuela después de encontrarlo tirado en la calle. Ese anillo que robaron de mi casa y que será por siempre insustituíble. Un recuerdo del amor de la persona que más se preocupó por mí y que guió y alumbró toda mi infancia. Un símbolo de que siempre hay alguien cuidándome.

Me llevaría una de las cajas de madera que me ha regalado mi mamá. Cajas que me acompañaron a lo largo de mi adolescencia y que contemplaron silenciosas mis secretos, mis cartas de amor, amistad y desamor, mis pequeños tesoros. Un símbolo de que hasta el vacío más grande puede ser llenado con amor y paciencia, un símbolo de que las ausencias duelen pero hay que ver el cuadro un poco más lejos para darte cuenta de que son contenidas por algo.

Me llevaría la cadena de plata que siempre me acompaña en mi muñeca izquierda. Esa pulsera que Sergio me regaló en una de nuestras largas caminatas, el día que cumplimos 3 meses. Ese día yo ya sabía que lo amaba y que lo iba a amar toda la vida. En estos ya más de 7 años sólo ha estado lejos de mi en dos ocasiones, separaciones necesarias que nos ayudaron a crecer y a amarnos más, a entendernos más. Para mí este collar/pulsera es símbolo del amor. Así de simple y así de inmenso. Es también símbolo de compromiso y coraje, es símbolo de que la eternidad se construye momento a momento y que cada decisión que tomamos es un eslabón en nuestras vidas.

Esa sería mi capilla. A eso me aferraría yo.

Qué difícil. Se me hace un nudo en el estómago. Espero que los mineros tengan siempre de su lado la fuerza y el amor necesario para sobrevivir a esa oscuridad. Se los deseo de todo corazón.

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