27 de septiembre de 2007

Fe rota

Tengo necesidad de gritar. De golpear. De patear. De maldecir. Paso en esta oficina más del 70% de mi tiempo, frente a una planta sedienta y un rostro petrificado que intenta dar un poco más de alegría al gris que impera en el lugar.

Salgo diariamente de aquí a las 7/8 de la noche. Nunca hay tiempo de jugar, de reir, de bailar. Llego a casa con unas ganas desesperadas de dormir, de nomirar la hora en los relojes universales, de no confundir palabras cotidianas con palabras del trabajo, de que dejen de importar los números y las siglas, los ratings y los objetivos.

No sé que sería mejor a estas alturas del partido, si tener un objetivo o no tenerlo.

Quiero pensar que todo pasa por algo y que esto sólo me prepara para ser más fuerte, para la mierda del mundo. Siempre he creído en la humanidad, en las buenas intenciones de al gente, en los cuentos de hadas, en la levitación, en la energía del universo, en la materia de los sueños, en la amistad, en el amor, en el destino, en el caos, en la magia...y la verdad es que quiero seguir creyendo en eso. Y en eso. Y en aquello.

Me niego a que esto destruyo mi fe. En que rompa mis creencias y mis principios. Yo soy buena por naturaleza, diría alguno de mis maestros que en estos días lo más obsceno es hablar de amor, pero yo soy amorosa. Me entrego por compelto, soy demasiado apasionada. Incluso en la abstracción de mi trabajo, me aferro a él como el capitán al timón de un barco hundiéndose...

De cuando en cuando, los temas cambian, pero no la energía con que me intereso en ellos. Hace dos/tres años era la posmodernidad, después la convergencia digital, después el cine, después la literatura española contemporánea, después la poesía, después el amor, después Milan Kundera, después la música Indie, despues el rock inglés, después Fiona Apple y Cat Power, después la web 2.0....y en eso estoy.

No me voy a dar por vencida. Me lo prometo a mí misma. Porque no me voy a defraudar. Esta vez, voy a luchar por conseguir lo quq uiero, o al menos no dejaré que lo que no quiero me absorba.

Hay veces, en la noche. En que no puedo dormir, y pienso en los números que me persiguen a todos lados, en fórmulas en excel en las que me pude haber equivocado, en pruebas de sistemas que fallaron, en cifras que no cuadran...tiempo desperdiciado. Me niego a dejar que interrumpan mis sueños. Desde hoy, dedicaré ese tiempo a pensar en lo que me hace sentir bien: en lo boletos que tengo para ir a ver a los Héroes en la fecha de la dichosa conferencia, en los cuentos que he dejado a medias en un cajón, en esa tesis que he retrasado por casi dos años, en la maestría que pienso estudiar, en la boda que pienso planear, en la casa que pienso construir, en mi próximo viaje a Ixtapa, en el helado de menta que tanto me gustó, en los amigos que vuelven, en las personas a las que quiero...

Bueno, al menos lo intento....pero al verdad es que estoy bastante decespcionada del mundo y de mi ingenuidad...y debilidad.

Se aceptan bastones para el alma.

2 comentarios:

  1. La fé se tiene aún en los momentos más adversos.
    O al menos de eso se trata.
    A mi me pasaba algo similar, soñaba con platillos que tenia que cambiar o con sugerencias que tendria que hacer, cocinaba en mis sueños y cuando despertaba pensaba en lo mismo mientras me bañaba, llegaba a trabajar de 10 am a 2 am, todos los dias; hasta que me dí cuenta de que no tenia sentido no descansar por estar pensando en lo que haria al estar despierto.
    Mi consejo?
    Cuando salgas de trabajar, sal de trabajar, que te valga madre lo que haya pasado, bien o mal, al dia siguiente tendrás suficiente tiempo para pensar y preocuparte; sal con tú novio, ve al cine, ve a cenar, nada es trabajo pesado a menos que prefieras hacer otra cosa, claramente prefieres hacer otra cosa, pero por el momento esto es lo que estas haciendo, la actitud influye en que tan pesado quieres que se haga.
    Ten paciencia.
    Te mando un abrazo.

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  2. Muchas gracias por el consejo!!!

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