20 de julio de 2009

Instrucciones para sobrevivir a la felicidad.

Yo necesitaría un libro así. Si existiera.

Cabe la posibilidad de que me encante el drama (de hecho, más que posibilidad es una certeza absoluta). El conflicto, la pena, el dolor, me encantan. ¿Qué se podría escribir sin esos pequeños momentos en que el mundo se tuerce sólo para dejarnos ver del otro lado del espejo?

Yo creo que no mucho.

En estos momentos me refugio en mis penas, reflexiones y pérdidas pasadas para tener algo en que entretenerme. Estoy presa de una felicidad malsana que no sé a donde dirigirá mis pasos. Seguro a alguna tragedia psicológica extrema.

¿Qué se hace cuando todo parece estar en su lugar? La estabilidad me abruma, me cubre de óxido y me obliga a querer otras cosas, otros horizontes, otros aires. Quizá mi felicidad no sea esta inmovilidad frágil y sonriente, quizá lo que yo necesito son las tormentas marineras, las cumbres borrascosas, los amores tormentosos...

Tengo alma de nómada. Me encanta el movimiento, la incertidumbre, gozo con mi indecisión. Sólo que en estos momentos todo parece estar en pausa. Si mi vida en estos momentos fuera una escena de película sería aquellá escena cliché del cine wetern en que aparecía una rueda girando sin que pase nada interesante. (Ash...¿cómo se llama esa rueda?...voy a Google y vuelvo----> lo logré, la dichosa planta tiene varios nombres: Estepicusora, Salsola y Tumbleweed)....

Volviendo sobre el tema, ¿será esta la tensa calma que precede el inicio de una gran historia?

En fin, disfrutaré esta tranquilidad pasmosa en espera de lo que en realidad me gusta: drama, acción, comedia...

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