23 de julio de 2008

Sordos por el sonido

Sí, sí,sí. Ahora resulta que está de moda ser una Empresa Socialmente Responsable y demás, campañas sociales van y vienen: que si por los animales en peligro de extinción, por el calentamiento global, por las escuelas de los niños pobres, por los invidentes, por los niños con cáncer, en contra del cáncer de seno...

Y no es que crea que esté mal. Digo, tampoco es que sea loable colgarse el milagrito y gritar a los cuatro vientos que estás salvando al mundo; pero al menos que algo, una mínima parte del dinero que se mueve y que va a parar a los bolsillos de los empresarios salpique un poquito a los demás. Aunque, llamemos las cosas por su nombre, no dejan de ser limosnas.

En fin, no era de eso de lo que quería hablar.

Ayer, mientras comía en al oficina con el equipo de la mesa redonda (así nos hemos autonombrado), una de mis compañeras hizo un llamamiento totalmente justo. Resulta que ella, nuestra Lore, tiene un problema en los oídos que ya la ha llevado a quirófanos y a usar bluetooth (como ella llama a sus protesis), incusive, ha perdido ya la audición totalmente en su oído izquierdo.

Ayer hablabamos de las olimpiadas y los paralímpicos y acabamos hablando de las personas discapacitadas (dis=diferente, es una acepción de la etimología). Señalaba que a las personas con sillas de ruedas, a los ciegos, y demás se les ponía mucha atención: que si las rampas en los cines, que si los menús en braille, etc. Y obviamente, no están siquiera cerca de contar con todas las facilidades que deberían.

Pero ¿y los sordos? dijo.

¿Y los sordos?

No estamos hablando de los sordomudos, sino de aquellas personas que por una u otra razón van perdiendo la audción, perdiéndose en las conversaciones del mundo, gente que no puede reaccionar a los claxons porque no los escucha, o que, más a menudo de lo que nos gusta pensar, se ven relegados socialmente por no poder tomar parte en las discusiones de un grupo...

Gente que va al cine y no puede entrar a ver películas en español porque el ruido las confunde y no entiende los diálogos y qu se ve obligada a ver series extranjera con la versión SAP.

Parece ser que aquí en México, la gente que se va quedando sorda, por la edad, por algún accidente (pero que puede hablar) no es considerada discapacitada, pero por alguna u otra razón se va quedando un poco al márgen de todo.

Esto no es, ni intenta ser una campaña social, no busco que donen nada o que hagan cartelitos con artistas in ni mucho menos. Es sólo una invitación a mirar a aquellos con quienes conviven y darse cuenta de sus realidades. Ayudar un poco, quizá, como en este caso, sólo con una conversación tranquila y en un volúmen un poco más alto, creando signos compartidos que nos permiten comunicarnos y saberla parte del equipo, que ella lo sienta así.

Quizá ustedes convivan con otro tipo de diferencias. Y esto no se trata de tolerancia sino de entendimiento e inclusión.

Todos tenemos nuestras pequeñas discapacidades: hasta hace unos años yo era débil visual y varias veces me perdí películas, anécdotas y clases enteras sólo por romper mis lentes (he de confesar que salir a la calle era una odisea porque sin mis lentes no veía el letrero del camión y varias veces tomé el equivocado).

Así es esto, eso es lo que podemos hacer: mirar, escuchar y entender.
Comunicóloga al fin y al cabo.

3 comentarios:

  1. Siempre en las camapañas usan la clasica frase de que pongamos nuestro granito de arena, pero nunca se le pide nada, a los que pueden poner grandes rocas.

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  2. Y es una batalla diaria, esta semana estoy llevando a mi tia a rehabilitación y por suerte he encontrado mucho apoyo de la gente en general, polis, vendedores, hasta en Aurrera.
    Lo que se aprende es que uno debe hacer lo mismo sin esperar nada a cambio asi aunque lo demas no quieran estas ayudando.

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  3. sender: estoy totalmente de acuerdo. De hecho lo más triste es que esos granitos de arena que en muchos casos han llamado redondeo/teletones y demás, acaban favoreciendo más al que lo entrega (supermercados, bancos, televisoras) que al que lo recibe. A mi me parece un poco insultante que los cajeros automáticos que cobran mil chorromil comisiones todavía tengan el descaro de pedirte que dones, ya no un peso, sino veinte. En fin.

    Oskar: creo que esperar algo a cambio de lo que damos puede ser uno de los principales caminos a la insatisfacción. Que bueno que has recibido ese apoyo, puede parecer pequeño, pero hace una diferencia.

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Lo que quedó: