15 de julio de 2008

Vudú.

Esto pasó hace un par de semanas, pero apenas ahora me da la gana escribirlo. Y lo hago nada más para que no se me olvide.

Mi familia es freak, como sólo ellos pueden ser freaks. En teoría todos piensan que tienen poderes sobrenaturales, y al final parece que vivo en La casa de los espíritus. Mi mamá predice la muerte, mi tía lee el futuro con un péndulo de cuarzo, mi tío va a cursos de musicoterapia para alinear los chakras, mi otro tío no deja que le hagan transfusiones para preservar la pureza de su espíritu y es fiel seguidor de las enseñanzas de Don Juan (ya saben Carlos Castañeda y demás).

Pero esto fue el exceso. Y yo casi muero de la risa.

Debido a múltiples circunstancias de la vida, mi mamá y sus tres hermanos coincidieron en la soltería (en el caso de mi tía la soltería es crónica, para mis dos tíos y mi mamá se trata del periodo pos-matrimonio). Mi tía y uno de mis tíos están compartiendo ahora la casa que era de mis abuelos, y que es dónde mi hermana pasa tooodas las tardes de lunes a viernes.

De aquí parte todo.

Era un jueves a mediodía. Mi hermana aún no llegaba de la secundaria y mi tío estaba trabajando en la computadora. Mi tía llegó y de repente, en la ventana del comedor encontró un muñeco vudú. Ella diría "es que tenía ojitos, y unos como cuernos, me espanté taaanto".

Le preguntó a mi tio: "oye, ¿esto ya estaba aquí ahorita que llegaste".

"No, no había nada, yo entré y abrí la ventana, y no había nada de verdad"

"No manches, está horrible", dijo mi tía.

"Eso es brujería, te juro que hasta me dan escalofríos"

Para contrarrestar los efectos adversos de tan terrible ataque espiritual, mi tío comenzó a hacer una serie de pases mágicos para encerrar al monigote vudú en un circulo de contención. Mi tía, ni tarda ni perezosa, tomó un frasco de balsamo de templo espiritista y comenzó a limpiarse con él mientras rezaba.

Espantados y enojados, buscaron a la vecina: "oye, ¿tú no viste quien puso eso en la ventana?". La vecina incriminada negó toda acusación "No, te lo juro que yo no vi a nadie, seguro lo aventaron porque yo he estado aquí todo el día y los únicos a los que he visto es a ustedes".

El papá de la vecina incriminada, un señor ya mayor, comenzó a despotricar: "pinche gente, cómo les hacen eso a ustedes, que nunca se han metido con nadie, eso no se vale".

La vecina: "No deberían de tocarlo, eso es muy negativo".

Mi tía, en busca de consejó, telefoneó a la mujer que le lee las cartas. "Quémalo sólo ásí pueden cortar el daño". No había otra opción.

Sacaron al monigote vudú al patio. La vecina incriminada y su papá observaban el ritual. "Eso no se está quemando bien", dijo el papá de la vecina, deberían echarle algo...miren tiene hasta como tierra, está muy feo, debe ser tierra de panteón".

El papá de la vecina fue a su casa por un líquido, rociaron al monigote con cuernitos, ojitos y todo y éste finalmente se quemó.

Mi mamá pasó en la noche por mi hermana (que como todos los días, estaba en casa de mi tía). Cuando llegó, mis tíos comenzaron a contarle la terrible brujería de la que habían sido víctimas, y que obvio no le habían mencionado a mi hermana.

"Nos pusieron una brujería en la ventana, era un monigote negro", decía mi tía,"tenía un algo como una media negra colgando, unos como cuernitos...y hasta ojos, estaba relleno de tierra;dice el papá de la vecina que podría ser tierra de panteón"

"Pero le hicimos unas protecciones" dijo mi tío "yo pedí que todo lo que nos hubieran deseado con eso, se les regresara"

"Sí, estuvo horrible, yo me rocié con bálsamo del templo para protegerme, yo creo que voy a ir a la iglesia. Es que el mono de verdad daba miedo, ¿quién habrá sido, quién nos habrá puesto la cosa esa tan fea en la ventana?"

Silencio...

Mi mamá volteó a ver a mi hermana. "Oye Itzel, ¿no será el cocopasto que hiciste para la escuela?"

Mi hermana corrió a la ventana.

Regresó.

sí era mamá...

Mi mamá a mi tía: (carcajeándose) Bueno, ¿y dónde lo tiraste?

Mi tía: ...es que... lo quemamos.

Mi hermana: ...pero era mi cocopasto y tengo que llevarlo mañana....

Mi mamá: pero si se notaba que era un cocopasto...por eso tenía ojitos mensa, y sus "cuernos" eran las orejas. (más carcajadas).

Mi tía: perdón pero es que ¿quién hace un cocopasto negro y lo pone en la ventana?

Mi hermana: Es que ahí le daba más el sol...

Esa noche más tarde, mi mamá me contó el incidente. Y yo casi muero de risa. Aunque reí un poco más cuando mi tía me contó que tuvo que aclararle a los vecinos que el monigote vudú que habían quemado en ritual improvisado, había resultado ser un simple cocopasto.

Caray. ¿Cómo no estuve ahí? Habría evidencia documentada.

Juro que pasó.

Lo dicho, mi familia es muy freak.

4 comentarios:

  1. Mi abuela me regaló una vaquita de esas...

    Me daba entre ternura y pena pensar que una vaca que comía pasto podía ser de pasto... ¿Y si una vaca apareciera por allí sería un acto de canibalismo que se comiera al monito ese?

    De veras... cada familia tiene sus shows...

    D.

    ResponderBorrar
  2. Momentos que uno termina por extrañar sentado frente a una computadora a 5 horas y 300 kms de casa.

    ResponderBorrar
  3. Mayra: La vaca seguro tenía conflictos internos muy grandes. ¿Pagaste al psicólogo?

    Oskar: Son momentos invaluables. Es cierto, uno no elige a su familia, pero si me dieran a elegir, seguro elegirá a la misma que ahora tengo.

    ResponderBorrar
  4. aish no sé que es un cocopasto... supongo que los monitos que les crece pelo de pasto? jajaj esta cagada la anecdota, y que personajes de tu familia, suena divertido y buen tema para cuentos cortazarianos... saludos!!

    ResponderBorrar

Lo que quedó: