23 de agosto de 2007

22:55


Sigo en la oficina. No hay hora de salida.


Un poema, para variar. Auto-plagio de otro sitio.


Si tuviera que buscar
unaforma de expresarlo
pintarìa cien vìboras,
diez tarántulas,
cuatro cuervos,
mil manos cortadas.
Ríos de sangre purulenta,
coagulos deformes
flotando en islas gelatinosas.

Buscaría entonces, quizá,
en mi mente,
la forma menos cruel de decirlo.
(en ocasiones
las palabras son más crueles que las imagenes).

Diría
Me siento mal.
Quiero morirme.
Estoy sola.
Y en mi interior
crecería un volcán.
La ponzoña de mi pintura
desbordaría mis peqeñas manos
sin dedos.

Sin dedos
¿De que podría asirme
si no tengo dedos?
Y mientras caigo,
las solitarias manos,
desangrándose
tratan de sostenerme en el vacío.

Me oprime la miseria.
Me oprime el no poder.
(Vivir, soñar, reir,
quizá incluso explotar)

* * *

Hilos de palabras sueltas
me enredan,
me atrapan,
me escriben encima.
Tatuajes invisibles
recorren mi cara deforme.
Ya no me veo al espejo,
me leo.

Una caligrafía imprecisa
e intangible
me recuerda quien soy.
Torpe, dice.
Absurda, dice.
Litografía.
Obscura.
En el fonde de la página
me revuelco.
Soy sólo un capricho.
Mil rasguños de tinta me dan forma.
Diariamente.




4 comentarios:

  1. Te sientes sola o lo estás?
    Esa es una de las preguntas que me hago, (en masculino, claro), a veces.
    Generalmente me respondo que estoy.
    Es solo que antes la soledad era otra, no te pasa?
    Una más amable, no tan fría o dura.
    Es difícil encontrar a alguien con quién hablar de cosas en serio, alguien a quién puedas decirle algo y te vea a los ojos, esta parece ya una entrada en tú blog, no un comentario.
    En fín, me dejé llevar.
    De quién es el poema?

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  2. pues de quien más? Mio.
    En cuanto a la otra pregunta: ¿Me siento sola o lo estoy?

    La verdad, da lo mismo. Mi soledad permite compañía, la compañía aloja con frialdad mi soledad. Extrañeza. Quizá esa sea la palabra.

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  3. No es como en aquella canción de cafe tacvba?
    (La soledad)

    Dualidad.
    Esa es la mía.

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  4. Me gusto la parte de la mano sin dedos.
    Un tanto oscura, pero bastante definida.

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Lo que quedó: