6 de mayo de 2008

Ojalá

Ojalá es una palabra bonita que a mí no me dice nada. Me dejó de hablar porque se sintió utilizada.

Sí, a mi hay palabras que me retiran el habla, dicen que no las entiendo, y quizá tengan razón.

A mis manos les hace falta lenguaje. Por eso abuso de las pobres letras.

Y es que mis manos tienen su propia memoria y sus propias cicatrices, sus esperanzas y sueños rotos, creo que todo es culpa de mi madre y de mi abuela que, siguiendo la tradición del momento me ataron las manos cuando era apenas un bebé.

Un poco por desesperación y otro poco por rebeldía, mis manos se volvieron torpes con los años. Se negaron a aprender a dibujar y jamás pudieron hacer una maqueta decente, cuando escriben "a mano" la caligrafía asemeja una infinita manifestación de bichos raros.

Encadenadas unas a otras, las letras que escribo dicen aquello que a mis manos les ha sido negado decir.

Pobres de mis manos. Pero al final, sus recursos son siempre más eficaces. Una caricia y ya. Un roce y ya.

¿Acaso el amor entiende otra cosa?

3 comentarios:

  1. Anónimo5:58 p.m.

    ojalá, OJ quiera ALÁ dios

    y no hubo roces, tengo buena memoria para eso; y juro que no hubo!
    o tan insensibilizado estoy?


    ascenso y descenso

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  2. muy bonitooo... es como poesia en prosa jojo, me encantó.

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  3. Me han gustado las letras de este post

    Saludos!

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