2 de enero de 2008

Años nuevos...

Horror de horrores, he comenzado el 2008 con una gripa espantosa...creoq ue no he estado bien desde hace como4 meses. He recaído en la gripa como 3 veces, me enfermé de la garganta una vez y así... creo que me hace falta el cevalín que me daba mi mamá cuando era niña.

Fuera de eso, creo que el año no empieza mal. Tengo trabajo un novio al que adoro, una familia adorable y mis amigos siguen allí, a mi lado.

Ayer, revisaba el diario en el que escribía cuando estaba por salir de la prepa (sí, yo escribía un diario) y me vinieron muchos sentimientos viejos y no tan viejos. Recuerdos de "crisis existenciales" (soy una mala amiga, el mudo no me entiende, soy tan rara, cuándo llegará a mí el amor...) enamoramientos apasionados y eternos (escribí sobre un tal Lonardo del que no me acuerdo, sobre Claudio y lo mucho que sufría por él, sobre lo decepcionante que fue andar con Octavio y las esperanzas y suspiros irremediables por un Israel, un Marco, un Ventura...en fin, todos olvidables y prescindibles), pero entre todas esas cosas definitivas y trascendentales (ajá) que pasaron en mi vida, encontré nombres que aún habitan en mi mundo, nombres sobre los que no escribía tanto pero que han sido quienes más han escrito sobre mí.

Mis amigos, con quienes casi diez años de experiencias, de alegrías, de tristezas de pleitos y reconciliaciones me unen. Los nombres que siguen en mi libreta de contactos a pesar de los múltiples cambios de celular y de los correos electónicos hackeados. Amigos que han estado en mis peores momentos (ay, como duele crecer), que me ayudaron a pasar Geometría Analítica sobornando a mi maestra con una bolsa de picafresas...porque sabían que mi de presión era terrible en el año en que padecí la enfermedad y la muerte de mi abuelita.

Elisa, Israel, Carolina, Marquitos, Augusto (a pesar de todo), Sergio, Christian, Zuleyma, Marycarmen y un nombre que ya no se repite más, pero que acompañó también esas páginas: Dulce.

A todos ellos, no me queda más que agradecerles por existir, por habitar a mi lado ya sin los azotes de la adolescencia, con las preocupaciones nuevas de ser adulto y tener que trabajar.

Han pasado ya muchos años nuevos. Y reencontrar sus nombres medio perdidos en páginas escritas hace ya casi diez años, me ayuda a poner en perspectiva todos mis azotes actuales.

Este trabajo está ahora, pero no sé si estará en diez años, lo que si sé es que las fotos de las vacaiones que pude tomar gracia a él permanecerán por siempre en mi corazón. Esta falta de tiempo para hacer lo que quiero y las miles de dudas respecto a mi futuro, desaparecerán o cambiarán algún día por otras dudas y otras preguntas más apremiantes, pero los momentos que paso con mi familia y las personas a las que quiero no se perderá. Eso es importante.

Me gusta mirar atrás y darme cuenta que la mayoría de esos problemas de los que hablaba a los 15-16 años se han resuelto, pero todas las alegrías siguen allí. Sigo dudando sobre mi destino en esta vida, sobre lo que debo hacer, incluso sobre mi vocación, pero mirando hacia atrás me doy cuenta de que eso no es lo importante.

Lo importante es lo que permanece. Años nuevos más, años nuevos menos.

Adiós a los problemas que se resolvieron. Bienvenidas las alegrías que llegarán para quedarse.




4 comentarios:

  1. Sigue así con el buen comienzo durante todo el año.

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  2. No sé, creo que las operaciones de nariz se contraindican con la gripa crónica...

    Además, luce bien en las fotos.

    Un abrazo.

    D.

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  3. Ànimo,este año apenas empieza.

    Dale duro!

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Lo que quedó: