Siempre me ha gustado pensar en mí como una persona flexible. Y no me refiero al hecho de poder tocar las puntas mis pies, sino a la habilidad que tengo para adaptarme al mundo.
Normalmente, hay una parte de mí a la que cualquier cambio le sabe a pérdida, pero hay otra parte, mucho más sabia y divertida que sabe que en cuanto el cambio se produce lo mejor es dejar de lloriquear y ponerse a trabajar.
Pero, debo admitir, hay una tercera parte que inmediatamente se pone a pensar en como lograr que las cosas acaben siendo como a mí se me da la gana que sean. Soy bastante voluntariosa, terca y caprichosa. Soy sistemática y esquemática y, sobre todo, soy harto harto perseverante.
Sí. Me adapto, pero siempre ando buscando la manera de que sea el mundo el que se adapte a mí.
Quizá por eso me sacó un poco de onda que me dijeran que no puedo jugar en internet durante mis horas de trabajo. Inmediatamente, mi parte chillona dijo: Peeero por quéeeee, si yo siempre entrego todo a tiempo y bien y soy cumplida y responsable y no tiene nada malo distraerse de vez en cuando...
Mi parte responsable dijo: Está bien, te pagan por trabajar, no por mantener una granja on line...
Y una tercera dijo: Está bien...twitter no entra en la categoría de juego ¿verdad?
Sólo entonces me tranquilicé.
Sí, soy bastante flexible ¿no?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Lo que quedó: