14 de abril de 2008

Improvisar

El viernes mi novio me sorprendió una vez más llevándome a un espectáculo que realmente me encantó. En el marco del Festival de Improvisación en México, se llevó a cabo en el Claustro de Sor Juana, un encuentro deportivo entre el grupo La Gata Impro, de Colombia, y el grupo Minotauros de México.

Después, Omar Argentino presentó su espectáculo Solo de Impro. Sencillamente fabuloso.

No puedo decir más al respecto. Es inútil intentar reseñar la improvisación teatral. Sólo puedo decir que me encanta.

En los lejanos días en que yo quería ser actriz, estaba segura de que lo que más me gustaba del teatro era improvisar. Aunque e aquel entonces yo no sabía que había todo un movimiento/corriente/estilo dedicado enteramente a la improvisación (qué diablos! de haberlo sabido...)

En fin. Nada me puede convencer más de la inteligencia de una persona que su habilidad para improvisar. Y no sólo en el escenario, sino en la vida misma.

Mientras en el escenario uno parte para improvisar la historia, de una frase, un estilo y un ejercicio (Título: La alfombra está rasposa, Estilo: Película de terror japonés, Ejercicio: Improvisación conjunta sin preparación... o lo que sea), en la vida uno parte de las cosas que suceden todos los días.

Y es que nos toman por sorpresa. Perdemos el trabajo o nos lastimamos un tobillo, o nos quemamos mientras preparamos la comida, o ganamos $20,000 en el Yak, o cualquier cosa. Nuestra ocupación parte de ahí: de aquello que no podemos cambiar.

Porque, admitamoslo, hay cosas en la vida que no dependen de nosotros y que no podemos cambiar, frente a ellas, nuestra única respuesta posible es la improvisación. Y toda improvisación requiere una decisión, cuasi-instantánea y cuasi-definitiva.

Vamos pues, que nuestras vidas dependen, en su mayor parte, de aquello que no decidimos y de aquello que hemos decidido sin un segundo para pensar.

En el escenario, la mayor parte de las improvisaciones terminan por ser comedia. Los tartamudeos y errores ocasionales acaban formando parte de la experiencia. En la vida real, los tartamudeos y errores ocasionales acaban formando sendos traumas en quienes los cometen.

Una vez más yo digo: ¿por qué no tomar la vida como un espectáculo de improvisación?

He dicho.

Y pa' cerrar, como dicen por ahí: si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada. (¿qué pasará si los limones están agrios?).

Salud!

PD Apoyemos a la Impro!

5 comentarios:

  1. Hola!
    Me hiciste recordar viejos tiempos cuando participaba en la Liga de la Improvisación. Sin duda que son ejercicios extraordinarios para poner a trabajar la mente y toda nuestra creatividad. Inténtenlo, se sorprenderán de su capacidad de inventar.
    Saludos!!

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  2. Hay, si leí algo de ello, pero no recuerdo hasta cuando está..

    Espeor poder alcanzar un espectáculo de esos...

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  4. Por lo que me toca, agradezco, ya fuera de méxico df.
    Omar Argentino.
    www.improtour.com

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  5. Desde el pacífico: Guau! La Liga? Que bien!!

    Gade: Prometo avisarte cuando me entere de los próximos, por desgracia, el Festival terminó el día 13. Igual y pronto vuelve Improvisa 2 y 1/2 que también es excelente.

    Omar: No tienes nada que agradecer, en todo caso, quién tendría que agradecer soy yo. La presentación fue increible...lo más divertido es que eso de La alfombra está rasposa lo escribí yo...Je.
    En fin, como espectadora, espero que vuelvas pronto!!

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