25 de noviembre de 2012

Me ocultas tu rostro y yo, con lágrimas en los ojos te ruego, una vez más, que me mires de frente. Ha sido una vida buscandote, ha sido soportar año tras año de indiferencia y evasión. Ha sido un largo y tortuoso camino el que hemos recorrido, yo aferrándome a tu mano, tú mirando hacia otra parte.

¿Cuándo aprenderé, me pregunto, que en este camino no cuento contigo?¿Cuándo aprenderé que no cuento con tu abrigo?

Supongo que es la falta de experiencia, la inocencia que tengo tatuada en la frente, la confianza ciega, la maldición de la esperanza....

Me pregunto si existes. Eres, probablemente, como el monstruo debajo de la cama o el ratón de los dientes. Eres el santa claus de los pobres. Te aprovechas, porque hasta el más incrédulo ha creído en tí en alguna ocasión.

Estúpido destino. Cuando era niña, pensaba que eras más grande que dios.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Lo que quedó: