19 de junio de 2011

Mantén la concentración

Volví a tomar clases de yoga después e un tiempo de alejarme de ellas. En mi primer clase de mi retorno triunfal, en algún momento, mi cabeza voló hacia otro lugar. El profesor, entonces, me dijo en un tono bastante firme: "Marisol, mantén la concentración".

Esa simple frase se quedó grabada en mi cabeza durante toda la semana, he tratado de encontrarle el sentido y e entender porqué me movió tanto.

Lo admito, soy una persona bastante dispersa y últimamente eso se ha agravado hasta el punto en que he perdido el panorama de mi vida casi por completo. Hoy me parece que estoy viendo una pintura impresionista a una distancia demasiado corta. Necesito perspectiva.

¿Cómo puedo concentrarme si no tengo idea de dónde estoy? Me siento a la deriva. Una veleta adaptándose a la dirección que le impone el viento. La respuesta, después de meditarlo, consiste en concentrarme en mi misma. Me dejé de poner atención hace un tiempo. Dejé de hacer las cosas que me gustaban escudándome en la falta de tiempo, en los múltiples plazos por cumplir. En mis deberes.

Hoy quiero recuperar el tiempo perdido. Quiero escuchar aquello que me gusta, recordar aquello con lo que soñaba cuando era niña. Cuando tenía ocho años todo era claro: sería actriz y escritora. Mi sueño era estar en los escenarios y dedicar mi vida a las letras. Mi vida hoy tomó un camino totalmente distinto con mi complacencia absoluta.

Pero no dejaré que las letras se me escapen, porque las letras me han mantenido viva y cuerda  a lo largo de más de veinte años. Este blog, incluso, existe justamente como antídoto para mi latencia depresiva (si no lo sabían, escribir todos estos sinsentidos fue parte de la terapia que me sacó de la depresión hace unos años), lo mantengo porque escribir me hace sentir un poco menos fútil.

La concentración, entonces, viene a ser una completa consciencia sobre mi persona. Y no lo niego, es difícil, muy difícil, superar años de una educación en el que lo positivo era mirar siempre por los demás, cuidar de los demás, atender a los demás. Negarse un poco. Relegarse un poco.

Quiero volver a sentir al emoción que sentía antes de salir a un escenario cuando tenía trece. Quiero volver a sentir la emoción que sentía cuando era estudiante. Quiero sentir de nuevo la imperiosa necesidad de terminar algo.

Encontrar mi vocación.

Mantener la concentración.

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