16 de octubre de 2008

De Targets y bichos raros...

Hace ya más de cinco años (¡Dios! ¿de verdad ha sido tanto tiempo?), tomaba mi bonita clase de publicidad en la facultad. El maestro, obvio, nos hablaba de la importancia de conocer a nuestro target. Lo queramos o no -decía- todos somos un target, y nos parecemos unos a otros más de lo que nos gusta reconocer.

En aquel momento, hizo un ejercicio que consistía en cinco preguntas. La primera ¿cuántos años tienen?. Después era ¿qué estación de radio escuchan?, ¿qué programas de TV ven?, ¿cada cuánto asisten al cine? ¿qué marca de tenis usan?

De es manera, tan burda, nos puso en evidencia algo que todos intuíamos, pero que a nuestros 18/19 añitos nos parecía imposible. No eramos únicos, ni mucho menos especiales. Y los anunciantes nos conocían muy bien.

Hoy, cinco años después, parte de mi trabajo consiste en conocer a ese famoso target siempre transitorio, siempre diferente, siempre fascinante. Lo triste de todo esto es que, de vez en cuando, me topo conque yo misma soy el objetivo de mis mensajes. Y una vez más, constato que no soy nada única ni nada especial.

Esta tarde me toca meterme a mi misma el dedo en la llaga y pensar en los adultescentes, kidults, adolescentes eternos, sufrientes (¿existe esa palabra? yo creo que no) del síndrome de Peter Pan.

Qué difícil no padecerlo cuando el mundo nos da la espalda y vemos llegar los veinticinco sin siquiera la remota posibilidad de comprar una casa, vivir solos es una ilusión y saltamos de la casa de nuestros padres a compartir departamento con otros tres güeyes igual de desordenados y fastidiosos que nuestra familia. Le doy crédito a Manqui, es signo de nuestra generación.

Sin posibilidad de estar solos, nos acompañamos con nuestros amigos. Eventualmente, y si la encontramos, una pareja podrá sustituir a los tres güeyes. ¿Hijos? Pero si son taaaan caros.

Y dentro de todo eso, hay que ser perfectos.Hij@s, herman@s, emplead@s, amig@s ... al final seguimos comportandonos como si quisieramos el 10 en la escuelita.

Ash, a quien engaño, la vida es siempre una escuela. Pero nunca habrá diploma.

....

Si, creo que voy a comprar el producto que me toca vender. Aunque sea sólo por la ilusión de tener un espacio para ser yo misma. Aunque eso signifique ser como todas las demás.

Lloro.

4 comentarios:

  1. Me llevé la misma decepción la primera vez que me hablaron del target en mis clases de publicidad.
    No ser especial es duro!

    Prcierto, hola! :P

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  2. El tema del "target" siempre es interesante, yo soy comunicólogo y es parte del trabajo diario.
    Pero no sólo en nuestras carreras es tema exclusivo, en la vida misma hay que saber a quiénes están dirigidos nuestros mensajes.
    Nuestro mercado, jaja

    Te has expresado muy bien!
    Saludos!

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  3. Habrá un producto que tenga un target así como:

    "¿Jovenes mujeres con carreras universitarias de entre 25 y 30 años que están convencidas de que son únicas en el mundo, y que tienen todavía muchas metas por cumplir, aunque no tengan idea clara de como cumplirlas, así como ideales románticos inaccesibles para sus condiciones socioeconómicas?"

    Válgame...

    D.

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  4. Sí, si existe.Hay cierto producto de cierta compañía que lanzó este año una campaña con botellitas de colores y que clamaba que "la vida no puede esperar"...

    No diré más, ya de por sí era triste.

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Lo que quedó: